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El placer de los placeres

No encontré la hermosa escena de sexo del Sacrificio de Tarkovski, así que...
Tengo una amiga que me dice que escriba sobre sexo. Será porque nos tenemos mucha confianza y ya llevamos algunos años de conocernos, no sé, pero solemos hablar mucho de sexo. Así como hay gente con la que uno conversa de fútbol, está también la que trae como tema de conversación la música, los que prefieren la política, el cine, aquellos que se decantan por los recuerdos en común o esos cuyo único tema de conversación son sus hijos –de esos intento mantenerme alejado–; con mi amiga Cheluna, además de conversar mucho sobre otras cosas, el tema sexual sale a cada rato y es muy divertido. Pero creo que todos estarán de acuerdo que más divertido que conversar sobre eso, es hacerlo... por eso tenía dudas de si sería buena idea escribir este post.

Además de que no sé muy bien cómo abordar el tema y de que ya he hecho alguna leve referencia alguna otra vez, sea lo que sea que opte por decir, no será nada nuevo. Nada de lo que digamos cuando hablemos de sexo será nuevo porque todo se ha dicho ya. Sea en ficción, porno o en explicación morfológica, psicológica o de gustos, podríamos decir que no hay nada por decir. Si todo el mundo se pusiera a contar sus experiencias personales, podríamos darnos cuenta que, más allá de aquellos afortunados que hacen tríos, los que participan en orgías o los que usan algún juguete –y más allá de aquellos que sólo lo hacen consigo mismos–, todos hemos hecho más o menos lo mismo, con algunas variaciones. No es necesario ser un pervertido con una viciosa. Somos tú y yo y él y ella y todos juntos, cada cual por su lado.

En la cama, de noche, en el sillón, en el suelo, contra la pared, sobre la alfombra, dulcemente, contra el librero, en el carro, en la selva, con lentes, en la oficina, de día, al terminar la carrera, en el aula, con música, protegidos por la oscuridad del cine, en la silla, con el incendio, en el baño, en el aire, durante la fiesta, con calor, en la máquina de ejercicios, bajo el agua, ebrios, con furia, debajo de la mesa, mientras la gente se mata, en la ducha, contra la ventana, bajo la luna, sobre la peinadora, en la playa, por la tarde, sin lentes, en la cocina, frente a la cámara, durante el partido, con la boca tapada, después del temblor, con el cuello marcado, en la litera, llenos de humo, junto a la guitarra, sin ver la película, frente al espejo, escuchando llover, de pie, en la tina, cruzando la esquina, al aire libre, en la madrugada, en silencio, con máscaras, después del concierto, para apagar el frío...

Claro que hay gente que se las ingeniará para encontrar más lugares, y hasta habrá quienes tienen oportunidades únicas de disfrutar en el espacio exterior, en medio del desierto o algo así. Habrá también aquellos a quienes sus capacidades físicas permitan contorsionarse en fantásticas posiciones, mucho más allá de esos ocurridos nombres que le dan en el Kamasutra, como la posición de Andrómaca, la postura del árbol a la fruta, la unión del gato, la unión de la Diosa, la posición de la alineación perfecta, la posición de la gran apertura o la postura del ying y del yang. Pero, más allá de eso, todos hemos estado ahí y a todos nos gusta... en menor o mayor grado, pero a todos nos gusta.

Se pueden encontrar hermosas descripciones de parejas dándose con todo, imágenes sugestivas e inolvidables, así como relatos tan violentos como exactos y secuencias hiperrealistas. Nada, sin embargo, repite en nosotros las sensaciones de la piel desnuda en contacto con la de la pareja, el embriagador olor del sexo, sus sabores diversos, el escalofrío del gemido emitido justo en nuestro oído, la explosión, el gol del orgasmo...


Pero bueno, basta de payasadas. Lo que me alegra en este momento es pensar que Cheluna estará en la cama con su novio, disfrutando del placer de los placeres, mientras yo escribo esto... ¡Salud por ellos!
Así mismo...

Comentarios

  1. Gatunitooo!!!
    Gracias!! qué emocionante que me menciones! Qué honor!!
    Perdona que no he podido comentar en tu blog en tanto tiempo, sabes que he estado ocupada.
    Y aunque suene trillado y todo esté dicho -como tú dices-, siempre es entretenido hablar/escribir de sexo, y siempre se pueden decir cosas desde nuestra perspectiva (si no, dímelo a mí). Por algo es TU blog y no un sitio de sexualidad, porque nosotros escribimos lo que queramos, nuestras experiencias, nuestras vivencias, nuestra sexualidad, si así lo queremos.
    Y tú tienes mucho que decir!!
    Salud por la piel desnuda de tu novio/a.
    Besos Derrelicto, muchas gracias de nuevo.

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    Respuestas
    1. ¡Gracias por escribir!

      Pues sí, lo que dices es verdad. Ya que es mi blog, puedo acercarme al tema -a todos los temas, en realidad- a mí manera. Igual, no creo que me pusiera a revelar nada, pero siempre resulta entretenido hablar o escribir de sexo.

      La piel desnuda de mi novia es la fuente de la que quiero beber hasta que me quede vida.

      ¡Salud!

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