Si tuviera carro, este sería el único "BEBE A BORDO" que pegaría en la ventana |
Tercera vez, y sigue siendo como la primera. Ayer, el Emo y la Raquel
recibieron a Martina, su primera hija, y primera ecuatoriana de la nueva
generación. Parecía que se iba a demorar un poco más en llegar, pero así, sin
mayor aviso, apareció. El nerviosismo en el ambiente, la seguridad de que todo
saldría bien, la impaciencia… todo duró hasta las 19h30, más o menos, cuando
por fin Martina nació y la familia creció.
Después de haberles visto al Emo y a la Raquel durante el embarazo, puedo
decir que fue un proceso muy feliz para los dos. La Raquel es una de esas
mujeres a quienes les sienta bien el embarazo y lo llevaba con mucha alegría,
más allá de las normales molestias que sentirán quienes están embarcadas en el
viaje hacia la maternidad. Su contextura física hacía lucir muy bien su pancita
de embarazada y ahora supongo que se verá mejor que nunca con su hija en
brazos. El Emo, por su lado, es ahora un papá, aunque para mí siga siendo el
mismo que se paraba debajo del inmenso arco y tapaba todos los pelotazos que le
mandaban. Sólo yo sabía cómo hacerle un gol, pero esa es otra historia.
Todavía no la conozco. Hoy en la tarde la iremos a ver y nos enamoraremos
de ella. El André y el Gael ya tienen su primita ecuatoriana con quien podrán
jugar cuando vuelvan. Y así continúa para mí la experiencia de ser tío, talvez
lo más cercano que llegue de ser padre. Como muchos sabrán, la paternidad no
está en mis planes y no lo estará.
Seguramente me estaré perdiendo de cosas muy buenas, experiencias únicas
que sólo logran las personas que tienen hijos. El proceso de la crianza en el
que se le inculca al pequeñín el amor por la Liga, el respeto hacia los
fumadores y la pasión del rock día y noche; las trasnochadas para darle de
comer, cambiarle el pañal y esperar a que se duerma; las entregas de libretas
cuando ya esté en el colegio y el tener que interactuar con los idiotas padres
de sus idiotas compañeros… Y así.
Pero bueno, así estoy bien. Hay gente que definitivamente no nació para
algunas cosas y yo soy el que no nació para tener hijos. No concibo la idea de
tener a un ser vivo que dependa de mí. Si ni siquiera yo puedo depender de mí
mismo, peor otra persona. Soy demasiado pésimo para cuidar a cualquier ente
viviente, por eso no tengo ni quiero mascotas ni plantas, peor hijos. Creo que
es muy bueno darse cuenta de las limitaciones propias, sobre todo en algo tan
importante y complicado como esto. Uno puede comprarse un carísimo piano de
cola y decir que va a aprender a tocar, para después dejarlo abandonado en un
rincón sin saber ni siquiera “Los pollitos”, y está bien, porque nadie muere ni
sufre ni es infeliz. Pero decirse a sí mismo que quiere tener un hijo y después
darse cuenta de su extrema incompetencia para criarlo debe ser algo terrible…
no sería bien visto que el tipo abandone a su hijo en un rincón y se tome unos
somníferos para poder dormir con todo el llanto de la pobre criatura.
Eso por hoy. Estamos todos muy felices con el crecimiento de la familia. Es
el comienzo de una nueva etapa, sobre todo para el Emo y la Raquel, padres
primerizos que pondrán todo su amor en la crianza de la pequeña Martina. Y
ojalá tenga una vida llena de éxitos y rocanrol.
Enhorabuena por la Martina!! En mi familia sólo hay un sobrino, y está allá lejos en Mallorca. Quizás si la familia crecerá. A veces quisiera tener hijos, a veces no.
ResponderBorrarYo entiendo tu posición de no ser padre y la acepto, pero discrepo, creo que sería un buen padre :P
Aunque nunca lo seas.
¡Gracias! Gracias por tenerme fe y pensar que sería un buen padre. Creo que trataría de criar a mis hijos de una forma no convencional, a puro rock, pero supongo que debe ser mucho más difícil que eso.
ResponderBorrarComo te van las cosas ahora, quién sabe, talvez termines siendo madre. Una madre muy buena.
Besos.