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Mostrando las entradas de marzo, 2009

Me necesito enamorar

Es fácil... es muy fácil. Saber lo que uno quiere simplifica las cosas para todos... Para todos excepto para mí. Aclarémoslo... Aceptémoslo... ¿Dónde diablos voy a conseguir lo que quiero? Hoy, más que nunca, tengo claros los detalles, las formas, los comportamientos, el todo... El todo de la mujer que ha de ayudarme a regir mi vida de hoy en adelante. Y por eso, por el conocimiento que tengo de lo que quisiera que fuera mi futuro, sé que me lo arruiné para siempre, porque ¿de dónde diablos voy a sacar una mujer así? ¿Existe, acaso, lo que para mí es la perfección? ¿Qué demonios me pasa? Unos pocos puntos que la definen, ayudan también a definir mi grado de estupidez: Primero, lo que El Tipo y yo fuimos descubriendo con el pasar de los años, con el pasar de las mujeres que desfilaban frente a nuestros ojos, tan lejanas, tan de pasarela europea y televisiva, tan de rompecorazones teledirijidos: flaca, alta, blanca, narizona, pelo negro, largo, lacio, ojos negros... Y LENTES... LENTES...

Carta abierta al presidente de la república

Señor Correa: A veces me toca viajar en taxi y ayer fue uno de esos días. El taxista, trabajador hombre del pueblo, tenía su radio encendida, así que me tocó escuchar su programa lleno de llamadas al aire, señoras que se quejaban de la infidelidad de sus maridos y cosas por el estilo -con The lonely shepherd de Zamfir como música de fondo-. De repente, una propaganda. Una patética voz masculina comienza a cantar con los acordes de Hey Jude y siento que algo se me rompe en el alma. Le pongo atención a la letra y siento ganas de vomitar, dolor, pena... indignación, porque empieza a hablar sobre la tal revolución ciudadana y termina transformando una obra maestra de la música universal en un panfleto ridículo de una campaña sin sentido. ¿Cuánto le costaron los derechos del tema? ¿Cuánto le tuvo que pagar a Michael Jackson o a quien quiera que sea ahora el dueño de los derechos de Hey Jude ? Son preguntas retóricas, señor Correa, porque la verdad es que no me importa. Debería saber, tan