Si estoy emocionado es, más que nada, por repetir el ritual. Sé que no será igual que antes, porque tenemos asientos numerados así que no necesitaré ir a pararme en la cola del cine desde el mediodía, guardando puesto al resto, departiendo con los disfrazados, compartiendo las expectativas y todo eso. Pero igual, no hay nada como sentarse en la incomodidad de las butacas del cine, rodeado de amigos y sentir el salto al corazón cuando terminan los trailers, se apaga todo y pasan esos segundos interminables, el corazón acelerándose, los sentidos alerta para lo que se viene. Los tambores de la 20th Century Fox , Lucasarts (ahora será Disney … qué se le va a hacer), otro pequeño silencio, oscuridad, expectativa. Y luego empieza. La música de John Williams explotando en nuestros oídos y el “ Star Wars ” que aparece en la pantalla y que no se ve tan bien por las lágrimas que empañan mis ojos. El episodio VII nos espera, como a todo el mundo. Pero, más allá de eso ¿qué? No tengo