El otro día mi papá -después de haber confundido la sopa con la S.O.P.A.- se preguntó si ya a alguien en el mundo se le había ocurrido relacionar la maligna ley con Mafalda. Hoy, acosado por la desocupación, recordé la charla y busqué si Mafalda ya se había manifestado sobre las sandeces que andan haciendo el senado o lo que sea de los Estados Unidos y sus mascotas del FBI. Y sí, ya se había manifestado, y mucho, solo hay que navegar un poco y se darán cuenta. No quiero ponerme a despotricar contra nadie, sólo voy a decir que la proliferación de sitios tipo megaupload, de almacenamiento y descarga de archivos -utilizados muchas veces (muchas más de lo que podríamos llegar a imaginarnos) para transmitir piratería- es una muestra clara de lo mal que ha resultado el devenir del plan inicial de los derechos de autor. Hay gente que se ha enriquecido hasta grados extremos gracias al trabajo creativo de alguien más, y muchas veces, las mentes creativas no ven ni la mitad de lo que su