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Sí se puede, pero... ¿se podrá después?

Frustración, eso es lo que dejó el partido contra Colombia. Bueno, no solo ese partido, sino todos los que la selección ha jugado últimamente. No tengo las estadísticas a la mano, pero desde que entramos al tal top ten de la FIFA, no le ganamos a nadie. Como siempre, ese sentimiento de autosuficiencia y poder, esa confianza excesiva en las propias posibilidades jugó en contra del equipo y salimos a la cancha para darnos cuenta que no jugamos como un supuesto top ten. No pasamos del empate en casa contra Argentina, perdimos con España (ambos miembros top ten también) y, para colmo, hicimos un papelón con Perú y perdimos estúpidamente con Colombia. El partido de hoy con Bolivia es vital, es la “curva neurálgica” del proceso eliminatorio –esperemos que más bien sea proceso clasificatorio– para llegar al mundial del Brasil el próximo año. Pero, más allá de clasificar, creo que habría que ver si ya en el mundial seríamos capaces de superar los octavos de final de nuestra mejor actuación o si sería mejor quedarnos en la casita para evitar un papelón de tamaño mundial.

Estudiando sin mayor detenimiento el juego de la selección, solo puedo decir que la mayoría del tiempo me parece que no están jugando a nada. Es como un equipo sin personalidad, pero, peor que eso, sin una idea de juego. Me hace acuerdo cuando yo jugaba FIFA ’94 con Uruguay, un equipo de lentos y poco efectivos jugadores, con un técnico caduco que lo único que atinaba a gritarles era que jueguen concentrados y que le pasen la pelota a Rico Empirines, que era suplente. La gran diferencia es que ese equipo Uruguayo a la larga hacía buenos papeles y, en épico encuentro mundialista, terminó con el largo invicto de todas las eliminatorias del cuadro sueco (en ese tiempo, el mejor equipo del mundo).

A veces me voy del tema demasiado... Bueno, la cosa es que a ratos pareciera que el tal Rueda da peores instrucciones de las que da el técnico del Uruguay digital del que hablé antes. Si uno no posara la vista en la banca del equipo tricolor, creería que sigue dirigiendo Sixto Vizuete, lo que equivale a decir que el técnico es Delfín Quishpe. Y con un técnico así resulta imposible ir a ningún lado.

Aunque las cosas se ponen cada vez más difíciles (no le ganamos a nadie) y nuestros rivales directos (Chile y Uruguay, a quienes debemos enfrentar en la última fecha) han levantado su juego, el partido de hoy da mucha esperanza, porque los bolivianos están peor que nosotros, y hay muchos que piensan en la tranquilidad de ganarles. Todo eso está muy bien. Lo que me preocupa es ¿qué pasa si clasificamos al mundial con este equipo? Se nos fue el Chucho, Valencia ha bajado mucho el nivel y se pasa reclamando, Ayoví es incapaz de patear como la gente, Paredes suele ser una amenaza para nuestro propio arco y Montero no puede hacer todo él solo. ¿Queremos vivir eso en el mundial? Si clasificamos, dudo que el zopenco de Chiriboga quiera cambiar de técnico, y dudo que el zoquete de Rueda pueda guiar al equipo. A menos que unos tres o cuatro jóvenes jugadores se transformen en verdaderos cracks que se entiendan y se conozcan de memoria en la cancha, no le veo chance de que la selección sea un equipo competitivo.


Pero bueno, vamos, que hoy todo está bien y que sí se puede, como tantas otras veces antes se ha podido.

Comentarios

  1. Vamos que se puede! aunque la otra semana les toca jugar contra nosotros!! quién irá a ganar??? :)
    No sé si es tan malo llegar al mundial y que te manden para la casa en la primera vuelta... igual es bueno no? llegaste al mundial, ya es algo, algo que muchos otros países querían hacer. Si ya te va mal, bueno, puede pasar, pero al menos, llegaste no? al menos, así lo veo yo. Ya sabes, el vaso medio lleno medio vacío pero sacia mi sed ;)

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  2. Mientras escribo esto, estamos jugando con Uruguay y ustedes estarán jugando con Colombia. Tiene mucho sentido lo que dices, siempre es bueno ir al mundial... esa emoción que le recorre entero a uno cuando escucha el himno de su país en algo tan grande como el mundial.

    Tenemos que ganar hoy, porque con ustedes seguro perderemos. Siempre perdemos de visita.

    Besos.

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Escriban, que yo no dejé a nadie...

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