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Mostrando las entradas de noviembre, 2008

Ganas de conocerla

Por primera vez en la vida sentí ganas de conocer a alguien que ya murió. Debo aceptar que muy pocas veces he sentido realmente ganas de conocer a alguien... Encontré a la mujer perfecta, cerveza en mano, voz diabólicamente angelical, bella como pocas, infeliz como muchas, una nube de humo de tabaco a su alrededor, lentes, lentes, lentes (a veces sin cristales), la pinta más deliciosa de cualquier estrella de rock en la historia, la personalidad más arroladora sbre el escenario... Pero lleva más tiempo bajo tierra del que la pasó con los vivos. ¿Qué le hubiera dicho? ¿Me hubiera podido acercar a ella? ¿Me hubiera subido a bailar sobre la tarima cada vez que ella lo pidiera? ¿Hubiera aprendido sus canciones? Si hubiera estado con un par de cervezas dentro, talvez le hubiera invitado un whisky, aunque ya me conozco y seguramente los nervios me hubieran dominado y me la hubiera quedado mirando como un enfermo, tratando de escuchar su risa para no olvidarla nunca en vez de ir en busca de s

Ni Sibel ni Simona ni nada...

¿Se acuerdan de la chica que me llamaba por teléfono y me decía que me amaba ? Algunas veces mantuvimos conversaciones telefónicas y después pasamos al campo del chat. Ella supo cómo conseguir información sobre mí, mi nombre, mi teléfono, mi correo electrónico... Y me supo mentir. Dijo que la conocería, dijo que se iría a Chile -iba a estudiar enología, gastronomía, algo así-... desapareció por un tiempo y reapareció, dijo que se había peleado con su papá y que por eso volvió, dijo que cocinaba muy bien y que me invitaría a una cena muy especial, dijo que yo me enamoraría de ella porque era irresistible, dijo que en Barcelona una chica la acosó, dijo que me escribiría un cuento, dijo que me traicionaría muy poco, dijo que gustaba del vino y la heroína, dijo que me daría mucha más música de la que realmente me dio, dijo que le estaban empezando a gustar las chicas, dijo que estoy loco, dijo que me llevaría a vivir con ella, dijo que se llamaba Sibel, dijo que se llamaba Simona... como

Quiero vivir para repetir otra vez este momento

(Concierto de Andrés Calamaro en Quito, Ecuador, parte de la gira La Lengua Popular , jueves 23 de octubre de 2008, Coliseo General Rumiñahui, 20h00) La vida está hecha de canciones, de estas canciones que escuché, canté, grité, salté y lloré en el concierto. Mucha gente no entiende por qué me comporto así en los conciertos. Destrucción total, vida total. Y uno se deja llevar, pero también está todo el tiempo con la cabeza a mil, dando vueltas, purificándose, perdonándose, sintiendo la epifanía, sacando cada lágrima, cada culpa, cada arrepentimiento, cada corazón roto, cada enamoramiento, cada venganza, cada plegaria, cada súplica, cada pena, cada maldición... y cada palabra que canto desde el corazón me ayuda a seguir vivo, me ayuda a perdonarme de algunas cosas, a aceptar otras, a darme cuenta de muchas otras, a dejar pasar... y, a veces, aunque sea sólo a veces, a olvidar un poquito. Quiero arreglar todo lo que hice mal, todo lo que escondí hasta de mí ... Las primeras palabras, a