El juramento olímpico -"tomado" por un deportista local en cada Olimpiada- dice textualmente: "En nombre de todos los competidores, prometo que participaremos en estos Juegos Olímpicos, respetando y ateniéndonos a las reglas que los gobiernan, comprometiéndonos a un deporte sin dopaje y sin drogas, con el espíritu verdadero de la deportividad, por la gloria del deporte y el honor de nuestros equipos". No veo que en ningún lado diga que el objetivo sea ganar de cualquier forma. Si nos remitimos estrictamente a la frase, no podremos decir que la participación del Ecuador en Londres 2012 fue un fracaso. Ni una medalla, un par de diplomas olímpicos (más o menos) y una final en los 200 metros nos dejaron, como casi siempre, con ganas de más. Nadie puede acusar a nuestros atletas de no haberse entregado. De todas formas, ellos iban a dejarse el alma en la cancha, la arena, la pista, la piscina, el trazado, el ring o lo que haya sido.
Pero uno no puede dejar de sentir que no logramos nada. Después de las 2 medallas en nuestro historial olímpico, llegamos a creer que teníamos cómo pelearle al mundo, que Jefferson Pérez era apenas el primer paso y que iríamos desarrollando un programa que genere en nuestro suelo más medallistas. Pero nos quedamos en eso y ahora nos tenemos que conformar con ver cómo Usain Bolt le saca metros de diferencia a Álex Quiñonez. Sabemos también que nuestros deportistas están en un proceso y que su participación en Londres fue casi preparatoria para las olimpiadas de Río, donde, se supone, estarán mejor preparados, más maduros y serán competitivos.
Más allá de todo eso, pudimos ser espectadores de lo espectacular del deporte: Usain Bolt arrasando en 100 y 200 metros, los jamaiquinos imparables en los 4x100, Phelps y el nuevo récord de medallas ganadas por un solo hombre -o mujeres, para complacer a todos [y todas]-, Brasil y su nuevo "casi" en el fútbol, Federer que se quedó sin su medalla de oro, las Leonas que se tuvieron que conformar con la plata, un nuevo dream team que le ganó a todo el mundo...
Personalmente me acordaré más del rock, del collage-medley de la inauguración, de sir Paul McCartney con su The end y Hey Jude, con Brian May y su disfraz de Emmet Brown, Annie Lennox en el barco fantasma, pero sobre todo con The Who y con un Roger Daltrey que lucía triste. Como los organizadores habían invitado a Keith Moon, quise ver si también invitaron a sus compañeros vivos. Como sea The Who sin Moon no volverá a ser The Who jamás.
Acá también pasó algo parecido. LLevamos -creo que- la delegación más grande que nunca hubiéramos llevado... y no conseguimos ni una medallita, y eso que en los JJOO de los años anteriores sí habíamos ganado alguna.
ResponderBorrarY por supuesto que muchos hablaron de fracasos deportivos e incluso dijeron que el dinero invertido en ellos había sido una pérdida de plata.
Es que nuestros paisitos no se pueden comparar con el nivel deportivo de países más desarrollados. Es una pena, pero es la triste realidad. Cuando alguno llega a brillar, es genial, pero no podemos pedirles más de lo que pueden dar. No sé cómo será allá, pero acá las muchos deportistas entrenan en condiciones paupérrimas. ¿Conoces la historia de Tomás González? El que salió 4 en algunas disciplinas de Gimnasia? Si no la conoces, te la contaré algún día... es digna de ser llevada al cine. :)
Besos!! sigo con mi proyectoooooo
La cosa va un poco más allá de nuestros paisitos, porque hay también otros países pequeños que no son para nada potencias, con mucha menos gente que nosotros y que sacan aunque sea un par de medallas. ¿Qué nos impide ser como Cuba, por ejemplo, un país bastante pobre que es generalmente el que más medallas gana de América Latina? Sus programas de entrenamiento y desarrollo deportivo son muy eficaces, pero no es nada que no podamos "copiar".
BorrarLo vi a Tomás González pero no sé su historia. Acá, nuestro finalista de los 200 metros corrió con zapatos prestados... Son las cosas que pasan donde el deporte sólo es importante para los aficionados y para los deportistas, pero no para los gobiernos.
Beso.