Ir al contenido principal

Música de los tiempos - segunda parte: 2001

Aquí voy, con el año que me toca, el ya lejano 2001. Como decía en el post anterior, me tengo que revolver la memoria para tratar de organizar las cosas, pero el caos del pasado supera incluso al del presente. Bueno, para el 2001 no tengo muchas canciones, aunque la lista sí es más larga que la inicial.

A lo que vinimos:

El mendigo en el andén (en vivo) - Serú Girán

Esta versión salió del Yo no quiero volverme tan loco, disco del 2000 que recoge un concierto de "los Beatles argentinos" en su momento cumbre, en el 81. la versión en cuestión es tan buena que una vez el Pancho y yo coincidimos en coronarla como la mejor interpretación de Serú en vivo. Recuerdo darle vueltas y vueltas a la mesa de centro de la sala cantando y saltando con este CD, sobre todo con El mendigo en el andén, una y otra vez... Yo seré siempre el mendigo en el andén de un pueblo fantasma donde nunca pasa el tren. Yo te veía caminar dentro de mi cárcel de cristal... yo sé que puedes sacarme. Si así fue, seguro así será.

Tres lunares - Kerigma

De este tema hablaban algunos Engendros y yo no la había escuchado. Me contaban que es un gran tema, que la chica del video estaba buena también y que hasta deberíamos sacarla para poder tocarla (a la canción, no a la chica -como si ella estuviera dispuesta andar con un grupo de engendros como nosotros-). Cuando el internet empezó a transformarse en nuestro amigo, el Emo se bajó este tema y pude escucharlo por fin. De más está decir que me pegó, sobre todo por lo lunático que puedo llegar a ser. Cuando estuve operado por mi ojo cyborg y recibí la orden de no abrir los ojos por tres días, saqué la canción a ciegas, aunque ya ni me acuerdo por dónde iba... Nunca pude hablarle cuando estuve cerca, ni saber su nombre ni ella mi adicción. Hoy que se ha marchado vivo prisionero de aquella angelical visión. Nunca estuviste conmigo, y tus tres lunares de memoria sé: el de la rodilla, el de tu mejilla y el que sólo yo podría morder. Hasta con los ojos cerrados esos tres lunares yo voy a encontrar, el de la rodilla, el de tu mejilla y el que sólo yo podría devorar. Tres lunares está en el disco Esquizofrenia, de los mexicanos Kerigma.

Piel - Sistema

Una vez, mientras escuchaba Tres lunares de Kerigma, el Marco, que había venido de visita con la Diana, me preguntó si había escuchado Piel de Sistema, otra desconocida banda mexicana (al menos para mí). El estilo recordaba el rock que siempre me ha gustado, la voz no era ninguna maravilla, pero me enganchó. En tiempos de clases siempre hubo alguna noche de trasnoche haciendo deberes, con Piel sonando y sonando y sonando, mientras mi mente divagaba en lugar de dedicarse a escribir los tales deberes. Noche impregnada de pecado, cuerpos inundados de pasión. No hay nada que esconder, no tienes nada que perder... Piel como tu piel no hay ninguna. Piel como tu piel sólo hay una, la tuya.

No me pidas que no sea un inconsciente + Señal que te he perdido (en vivo) - Andrés Calamaro

Este mix del gran Calamaro, interpretado en un concierto en Madrid, si no me equivoco, debe ser uno de los temas que más veces he escuchado en la vida. Ya conocía el No me pidas que no se un inconsciente de su versión estudio, una pieza de las más bellas dentro del repertorio del Comandante. Cuando escuché ésta, me quedé inmóvil, sintiendo todo el feeling de Calamaro. No me pidas que no sangre si aún el cuchillo no sacaste de mí. No me pidas que use cicatrizante, dame días, dame meses de aguardiente. Si te busco en el agua de mi boca, si te veo en el fondo de mis ojos, no me pidas que no sea un inconsciente si no dejo de quererte... Luego, cuando se pasó a Señal que te he perdido, me mató. Hay algo en el rock argentino que no lo tiene nadie más en el mundo (al menos en el rock de antes), y el ritmo, la fuerza y el lirismo más característicos se juntan en esta interpretación maestra. Será que aquello era falsa alarma, no era el camino, vos eras el hacha y yo el árbol caído. La casa estaba en orden, no encontré motivo, me equivoqué de ruta... señal que te he perdido. Tantas y tantas veces que escuché este mix, que hasta lo saqué. Hace tiempo que no lo toco, demasiado tiempo talvez... ya va siendo hora de desempolvar el feeling.

Música de los tiempos: 2001 (en YouTube)

Comentarios

  1. Ohhh muchas canciones que no conozco. Admiro tu capacidad para remontarte al 2001 y saber qué canciones te gustaban... yo francamente no sabría decirte, me cuesta muchísimo asociar una canción a un año. :(

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Como se podrá ver, no resultó muy exitoso mi regreso al 2001. Seguro que fue un año mucho más musical que lo que pongo aquí, pero es todo lo que puedo hacer.

      Gracias por los comentarios, eres mi única lectora.

      Besos.

      Borrar
  2. Es buena la idea del setlist en youtube, así podemos conocer las canciones que no conocemos!!
    besos

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Lo malo es que, como no son mis videos, los borran y yo ni me entero. Los videos de los temas de Dylan se borran muy pronto. Por eso, si alguien entra alguna vez a hurgar en mis listas de reproducción, se dará cuenta que hay faltantes. Lo siento, pero no puedo hacer más.

      Besos.

      Borrar
  3. Se me olvidó comentarte que me encantó el gato sobre el pianoooo!! Es riquísimo!! Lo quiero!!
    ¿Sabes? He ido a dejar unos quesos a un depto, y siempre que voy me encuentro con un gato negro exquisito... gordo y cariñoso... tentada he estado de raptármelo, porque no tiene collar... si no fuera que vivo en un depto... :( Siempre que paso le hago cariñitos. Es un mimoso. :) Igual que tú. Hasta me ronronea.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ya que no puedes llevarte el gatito a tu casa, al menos podrías visitarlo y llevarle a él también un queso, seguro que le encanta. Me gustan mucho los gatitos sociables que ronronean y se dejan acariciar por la gente.

      Besos.

      Borrar
    2. Pucha... no creo que le de de mis quesos... ni sé si le gustarán, ni tengo para estar regalando... a menos que sea por una buena causa (ejem).
      La próxima vez que lo vea intentaré tomarle un par de fotos para que lo veas! Besos Sr.Gatuno.

      Borrar

Publicar un comentario

Escriban, que yo no dejé a nadie...

Entradas más populares de este blog

Las enfermeras de la vida real no son como las del Show de Porcel

Ya ha pasado un año... Mi última visita a un hospital (espero que sea realmente la última) fue una mezcolanza de experiencias: el dolor insoportable, las ventajas de faltar a la oficina varios días, la incomodidad de las intravenosas... y las enfermeras... Sobre el dolor podría hacer un ensayo entero. Bastará con decir que, por esos días, cargaba el terrible peso de un corazón recientemente roto, esa sombra que a uno lo persigue a todos lados, le roba la sonrisa y se antepone a cualquier sensación o sentimiento. Pero, como dijo sabiamente mi Padawan, no hay dolor del corazón que se compare al de una rodilla rota o, en mi caso, al de un intestino rebelde. De la oficina y las intravenosas tal vez hable algún otro rato, pero de las enfermeras... Cierto es que el dolor y las drogas me sacaron de la realidad, pero también es cierto que no había nada más real que esas enfermeras. Mujeres contundentes y forradas de blanco, hacían su trabajo como quien lo ha venido haciendo por siglos. Sus ca

Lunático

Las cosas salen de los lugares menos pensados... El otro día me fui a ver La tourneuse de pages y conocí a Déborah François , la protagonista, hermosa mujer dueña de una belleza perturbadora, pese a no ser el tipo de mujer que me gusta -o talvez por eso-, y dueña también de un par de lunares en el cuello. De la película mejor no hablar, así que de una me dedico a lo que salió de la caja de Pandora que se abrió con los lunares. Fue algo totalmente imprevisto, un disparador escondido en lo recóndito del inconsciente, en la parte prohibida de la memoria... Prohibida porque es el camino directo a la bodega donde se guarda lo que no se debería volver a ver. Estoy exagerando... me gusta recordar algunas de estas cosas que alguna vez fueron letales y premeditadas minas antipersonales que dejaron enterradas ciertas chicas para volarme en pedazos después de su partida -toda mina extermina-. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hasta el más insufrible dolor deja de ser lo que era... qué

Las prefiero con lentes

¿Que por qué me gustan las mujeres con lentes? Pues no lo sé... sólo sé que, aunque una chica me parezca guapísima, me parecerá más guapa aun si la veo con lentes. Depende también del tipo de lentes -porque hay unos que no tienen nada que ver con nada- y del tipo de mujer -porque a algunitas ni los lentes más perfectos les salvan-; en resumen, las mujeres con lentes atrapan mi mirada, y suele pasar que no las puedo dejar de mirar. Después del caso de la parada de bus aquella vez, me sentí inmortal, bien y mal. Cuando vuelvo a verla con lentes pierdo y gano algo, pero me quedo igual, sin un “que te vaya bien” ni un beso ni nada, y seguimos nuestro camino como lo que somos, como dos extraños, aunque yo pueda dibujar su cara de memoria en la oscuridad, siempre con lentes... Yo la prefiero con lentes. Ella me prefiere lejos.

¿El mejor deportista de todos los tiempos?

¿Quién es el más grande de todos los tiempos? Por primera vez en la historia de la humanidad, una persona se portará objetiva para una elección tan importante como esta. Y esa persona seré yo. Esto no es cuestión de favoritos, es cuestión de datos reales. Si fuera por favoritos, en el podio estarían tipos como el Diego, Jean Alesí y Goran Ivanišević o Schumacher, Lou Bizarro y Ben Johnson o el Macho Man, Platiní y Rolando Vera. Tampoco será una elección basada en los conceptos típicos de deportividad o algo así, como lo que decía esa frase con la que empezaba un programa de hace años en la Nueva Emisora Central: “Deportista es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún gran deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, ha aprendido a reprimir la cólera, a ser tolerante con su compañero, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con alt

Vos sos Dios... vos sos lo más

No importa cómo, no importa cuándo... Charly García es Charly García y sólo él es Charly García. Así esté vestido impecablemente, con los ojos pintados, revolcándose ebrio, lanzándose desde el noveno piso a la piscina, destrozando los amplificadores, demoliendo hoteles, casi inmóvil frente al piano, pateando fans o recibiendo un Grammy, tiene tanto para dar con esa genialidad que le desborda, que me obliga a preguntarme hasta dónde podrá llegar... hasta dónde la podra aguantar el mismo García. Fui a su concierto el sábado (21 de noviembre de 2009, en el coliseo General Rumñahui de Quito). Es la tercera vez que lo veo ahí, en el escenario, repitiéndome las cosas que me ha dicho toda la vida desde sus discos. Es algo que había dado por perdido... No esperaba volver a verlo, al menos no aquí. Pensaba que talvez en algún hipotético -y poco probable- viaje a la Argentina podría verlo tocar otra vez en algún bar, en alguna disco, en una plaza... en cualquier lado... Ahora, con la emoción cer