Ir al contenido principal

Música de los tiempos - primera parte: 2000

Desde hace un tiempo me he estado rompiendo la cabeza para rescatar, recordar y revivir unas listas de reproducción (que empezaron en Winamp y migraron a iTunes) que perdí. Era una lista por año, desde el 2000. Las creé mucho después, como en el 2008 o 2009, por lo que las de los comienzos del milenio están bastante despobladas. Tengo que aclarar que, aunque es una especie de lista de los hits del año, no se trata de canciones que hayan salido en el año en cuestión, sino los temas que me marcaron en ese tiempo, sin importar si eran de hace mucho o si sonaban insistentemente en todas las radios (cosa que creo que nunca pasó). En general, la presencia de un tema en alguna lista depende de algo que me haya pasado en relación a la canción, de un redescubrimiento, un descubrimiento novedoso, un bombardeo de feeling o, como era de esperarse, la presencia o (mucho más frecuentemente) la ausencia de una mujer. Ya ni me acuerdo cuándo murieron estas pobres recopilaciones (porque, además, han sufrido más de una muerte) o cuántos intentos de resurrección soportaron, sólo sé qué he tratado de hacer una compilación representativa y que, en muchos casos, me he pegado grandes confundidas. Ya ni modo, creo que ha llegado el momento de darme por vencido y dejar de preocuparme por las del pasado para tratar de ir creando las del futuro. Para evitar que se me pierdan otra vez, tengo algunos respaldos y hasta creé listas de reproducción en YouTube.

Comienzo con la del año 2000, un Y2K que nos dejó en el mismo lugar en el que estábamos (veamos si logro ponerle las ganas suficientes y dedicarme como la gente hasta subir todas las listas antes de que se acabe el año). Francamente no me acuerdo mucho qué temas me golpearon duro en ese tiempo y creo que talvez debería meter aquí al menos el God gave rock and roll to you de Kiss o Los mareados, versión de la Negra Sosa con Rodolfo Mederos... Pero me voy a quedar con estos dos:

Todo lo demás - Andrés Calamaro

Me acuerdo claramente de ir cantando este tema los primeros días de clases en mi tercer intento de estudiar algo. Llegaba a conocer a un montón de desconocidos con esta joyita del Alta suciedad en la cabeza. Parecía el cielo porque estabas conmigo. Todavía soy tu amigo pero te deseo el bien, o lo que quieras, pero por lo que más quieras no me pises los zapatos de piel... y todo lo demás también... Puedo presumir de poco porque todo lo que toco se rompe. Cuando lo escuché en concierto casi hasta me muero.

Al lado del camino - Fito Páez

Había comprado el Abre a finales del 99. Al lado del camino me pegó fuerte, me influenció bastante en algunas cosas... Otro caso de un tema que me sacó lágrimas cuando lo escuché en concierto, en el inolvidable de la Casa de la Cultura en el 2002. Si alguna vez me cruzas por la calle, regálame tu beso y no te aflijas. Si ves que estoy pensando en otra cosa, no es nada malo, es que pasó una brisa, la brisa de la muerte enamorada que ronda como un ángel asesino. Mas no te asustes, siempre se me pasa, es sólo la intuición de mi destino. Me gusta estar al lado del camino fumando el humo mientras todo pasa... Si tan solo supiera fumar.

Comentarios

  1. Buena selección, sin duda. No me sorprende, viniendo de ti.
    Te he echado de menos, ¿por dónde andas Derrelicto?
    Escribí en mi blog!! ooh oh oh!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias. Creo que tengo un gusto relativamente bueno. Como decía un amigo el otro día, "todo el mundo debería escuchar mis 10 canciones favoritas"... Creo que así el mundo sería un lugar mejor.

      A veces es bueno desaparecer. Es lo que más quiero últimamente. Pero bueno, estoy por aquí otra vez.

      ¡Voy a leer tu blog!

      Borrar
    2. Somos los únicos que nos comentamos nuestros blogs :*

      Borrar

Publicar un comentario

Escriban, que yo no dejé a nadie...

Entradas más populares de este blog

Las enfermeras de la vida real no son como las del Show de Porcel

Ya ha pasado un año... Mi última visita a un hospital (espero que sea realmente la última) fue una mezcolanza de experiencias: el dolor insoportable, las ventajas de faltar a la oficina varios días, la incomodidad de las intravenosas... y las enfermeras... Sobre el dolor podría hacer un ensayo entero. Bastará con decir que, por esos días, cargaba el terrible peso de un corazón recientemente roto, esa sombra que a uno lo persigue a todos lados, le roba la sonrisa y se antepone a cualquier sensación o sentimiento. Pero, como dijo sabiamente mi Padawan, no hay dolor del corazón que se compare al de una rodilla rota o, en mi caso, al de un intestino rebelde. De la oficina y las intravenosas tal vez hable algún otro rato, pero de las enfermeras... Cierto es que el dolor y las drogas me sacaron de la realidad, pero también es cierto que no había nada más real que esas enfermeras. Mujeres contundentes y forradas de blanco, hacían su trabajo como quien lo ha venido haciendo por siglos. Sus ca

Lunático

Las cosas salen de los lugares menos pensados... El otro día me fui a ver La tourneuse de pages y conocí a Déborah François , la protagonista, hermosa mujer dueña de una belleza perturbadora, pese a no ser el tipo de mujer que me gusta -o talvez por eso-, y dueña también de un par de lunares en el cuello. De la película mejor no hablar, así que de una me dedico a lo que salió de la caja de Pandora que se abrió con los lunares. Fue algo totalmente imprevisto, un disparador escondido en lo recóndito del inconsciente, en la parte prohibida de la memoria... Prohibida porque es el camino directo a la bodega donde se guarda lo que no se debería volver a ver. Estoy exagerando... me gusta recordar algunas de estas cosas que alguna vez fueron letales y premeditadas minas antipersonales que dejaron enterradas ciertas chicas para volarme en pedazos después de su partida -toda mina extermina-. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hasta el más insufrible dolor deja de ser lo que era... qué

Las prefiero con lentes

¿Que por qué me gustan las mujeres con lentes? Pues no lo sé... sólo sé que, aunque una chica me parezca guapísima, me parecerá más guapa aun si la veo con lentes. Depende también del tipo de lentes -porque hay unos que no tienen nada que ver con nada- y del tipo de mujer -porque a algunitas ni los lentes más perfectos les salvan-; en resumen, las mujeres con lentes atrapan mi mirada, y suele pasar que no las puedo dejar de mirar. Después del caso de la parada de bus aquella vez, me sentí inmortal, bien y mal. Cuando vuelvo a verla con lentes pierdo y gano algo, pero me quedo igual, sin un “que te vaya bien” ni un beso ni nada, y seguimos nuestro camino como lo que somos, como dos extraños, aunque yo pueda dibujar su cara de memoria en la oscuridad, siempre con lentes... Yo la prefiero con lentes. Ella me prefiere lejos.

¿El mejor deportista de todos los tiempos?

¿Quién es el más grande de todos los tiempos? Por primera vez en la historia de la humanidad, una persona se portará objetiva para una elección tan importante como esta. Y esa persona seré yo. Esto no es cuestión de favoritos, es cuestión de datos reales. Si fuera por favoritos, en el podio estarían tipos como el Diego, Jean Alesí y Goran Ivanišević o Schumacher, Lou Bizarro y Ben Johnson o el Macho Man, Platiní y Rolando Vera. Tampoco será una elección basada en los conceptos típicos de deportividad o algo así, como lo que decía esa frase con la que empezaba un programa de hace años en la Nueva Emisora Central: “Deportista es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún gran deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, ha aprendido a reprimir la cólera, a ser tolerante con su compañero, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con alt

Vos sos Dios... vos sos lo más

No importa cómo, no importa cuándo... Charly García es Charly García y sólo él es Charly García. Así esté vestido impecablemente, con los ojos pintados, revolcándose ebrio, lanzándose desde el noveno piso a la piscina, destrozando los amplificadores, demoliendo hoteles, casi inmóvil frente al piano, pateando fans o recibiendo un Grammy, tiene tanto para dar con esa genialidad que le desborda, que me obliga a preguntarme hasta dónde podrá llegar... hasta dónde la podra aguantar el mismo García. Fui a su concierto el sábado (21 de noviembre de 2009, en el coliseo General Rumñahui de Quito). Es la tercera vez que lo veo ahí, en el escenario, repitiéndome las cosas que me ha dicho toda la vida desde sus discos. Es algo que había dado por perdido... No esperaba volver a verlo, al menos no aquí. Pensaba que talvez en algún hipotético -y poco probable- viaje a la Argentina podría verlo tocar otra vez en algún bar, en alguna disco, en una plaza... en cualquier lado... Ahora, con la emoción cer