Ir al contenido principal

¿Es demasiado pedir?

El otro día me fui a ver Clash of the Titans, versión 2010, y salí de la sala de cine con la certeza de que casi toda la gente no entiende nada. Las sonrisas de satisfacción que llenaban las caras de los espectadores después de haber visto una historia épica y espectacular llena de grandilocuencia visual -si vale la analogía (cosa que dudo)- contrastaban con mis ganas de vomitar al sentir que, otra vez, desperdicié un valioso par de horas viendo algo que no aportó absolutamente nada positivo a mi vida. Valioso par de horas que pude haber utilizado en cualquier otra cosa como, por ejemplo, ver llover por la ventana. Todo esto va a que, pese al despliegue tecnológico con efectos especiales de última generación, monstruos imposibles, ensordecedoras batallas, millones y millones invertidos en la película y el actor del momento -o gracias a todo eso-, la historia es un asco: pura basura hollywoodense de primer nivel. Pero el sentimiento no es nada nuevo, es idéntico a lo que he sentido antes, al ver cosas como Avatar, Transformers o hasta Iron Man.

Las películas no tienen que ser como la vida real, pero tampoco tienen que ser un espectáculo tan patético. Voy a dejar de lado el hecho de que es una burla al mito griego de Perseo. También voy a obviar que es un remake de otra burla al mito -al menos en esa tenía gran protagonismo el búho ese, que sólo tiene un cameo en la nueva versión-. Ya en Troy se habían aprovechado de un mito, transformándolo en cualquier cosa -¿cómo es posible que Menelao muera primerito? Hubieran cogido la misma historia, les hubieran cambiado los nombres, la hubieran ambientado en el espacio exterior y listo...- y supongo que la taquilla les dio la razón a productores, director y escritores como para que ahora otro equipo vaya por el mismo camino y destroce otra historia perfecta.

A ver, una aclaración. Tomemos a The Lord of the Rings. Si bien es otra adaptación -imposible plasmar todo eso en películas-, no se les ocurrió cambiar la historia descaradamente, lo que fue una bendición para quienes amamos los libros de Tolkien. A ratos los efectos especiales le jugaron una mala pasada al filme (Legolas matando un olifante, Aragorn peleando con un troll frente a las Puertas Negras) y la cursilería se ganó miradas desaprobatorias (los pequeños instantes de Sam y Rosita), pero se respetó la historia lo más que se pudo y nadie salió herido. Se puede hacer una adaptación en la que se cambie algo de la historia original y salir airoso. El más claro ejemplo para mí es Watchmen, cuyo final cinematográfico me parece incluso mejor que el de la novela (perdón por la blasfemia y el sacrilegio). Pero descuartizar una historia amada por millones y hacerlo sin ningún criterio aparente, creo que es estúpido.

Tomemos ahora a Star Wars. No es una adaptación de nada. Es, simplemente, una historia hermosa y redonda. Los nuevos episodios (I, II y III) son inferiores a los originales... básicamente por las actuaciones y por los efectos especiales. No puedo negar que los efectos son espectaculares y le permitieron a George Lucas filmar lo que no era posible en los 70. El pecado es darles demasiada importancia. Gracias a las ilimitadas posibilidades tecnológicas, decidieron incluir secuencias enteras que resultan un poco complicadas de creer que sucedan, incluso si los protagonistas son los jedis más poderosos de la galaxia -sin contar la inútil existencia de Jar Jar Binks-. Pero bueno, la historia se sostiene pese a las debilidades de un director que se ha visto contagiado del mal de Hollywood: hacer cosas hollywoodenses... Nada que ver con sus tiempos de THX 1138 o American Grafitti...

Hoy por hoy, las historias pobladas de efectos especiales suelen ser malas, lo que deriva inevitablemente en que las películas de ciencia-ficción suelen ser malas (y, a este paso, también las que recreen un tiempo diferente al actual, como la Grecia antigua). ¿Qué pasó con la creatividad e inteligencia de la gente? ¿Dónde están los que son capaces de hacer buenas películas sci-fi como The Matrix o Blade Runner? ¿Por qué se le acabó la creatividad a los escritores de cine, que ahora tienen que recurrir a remakes o adaptar cualquier libro para niños? No creo que sea mucho lo que pido... Sólo pido buenas historias, no películas con personajes metidos a la patada con poses de político italiano dueño de canales de televisión, monstruos gigantescos con peleas inverosímiles, diálogos sin sentido y romances que no tienen por qué aparecer en pantalla. ¿Es demasiado pedir? El panorama no pinta bien para los próximos meses. Se anuncian estrenos como Transformers 3, Independence day 2 y 3, más Iron Man, The Avengers, Thor, otro innecesario Indiana Jones... No tienen por qué ser malas, pero los directores se las arreglan para crear una última gran batalla que enfrenta al bien y al mal por salvar al universo, que termina hundiendo sus peliculuchas (Michael Bay must be stopped).

Por suerte la próxima semana se viene el edoc9. Aunque no trabajo ahí, tengo mucha emoción de poder darme el lujo de ver cine del bueno. Explotaré mi pasaporte al máximo, lo juro.


PD: Releo el post y sólo puedo decir: ¿qué diablos me pasa? ¿cuál es mi problema? El mundo entero se deleita con las obras maestras del Hollywood tecnológico y yo me quejo y las rebajo al punto de considerarlas basura ¿Es que no puedo divertirme en el cine como la gente normal?

Comentarios

  1. Por suerte no eres como "la gente normal".

    ResponderBorrar
  2. Por suerte no eres como "la gente normal".

    ResponderBorrar
  3. ... y estoy totalmente de acuerdo contigo.

    ResponderBorrar
  4. Qué bueno que no pienses que soy "gente normal"... viniendo de ti es un piropo irresistible...

    ResponderBorrar
  5. Gatuno querido,
    Yo creo que en el fondo sabes lo que pasa. Es la misma historia de siempre. ¿Por qué la gente ve la TV si es básicamente basura? ¿por qué la gente ve los reality shows? como si uno no tuviera suficiente con su propia realidad.
    La gente quiere olvidar sus problemas, quiere cosas fáciles, quiere entretenerse, y por eso ven esas películas, por eso son tan exitosas. La gente no quiere pensar ni sufrir demasiado. Just fun. Historias fáciles, éxitos seguros, con actores guapo/as, historias incluso conocidas, como las adaptaciones que dices, pero cargadas de efectos especiales, que las hacen entretenidas... y si le sumas todo el dinero que invierten en publicidad para que la gente las vea...
    Yo creo que sí hay guionistas que hacen otro tipo de pelis, pero suelen tener mucha menos distribución y es muy difícil verlas... si consiguen financiamiento para hacerlas...
    Qué lata en todo caso...
    Concuerdo que no eres un chico normal :) Pero ojalá hubieran más como tú.
    Besos guapo!

    ResponderBorrar
  6. Creo que soy un poco exagerado... Entiendo que la gente quiera olvidar sus problemas pero, para mí, el vacío de esas películas es más problema que los de la gente. Me imagino que si quienes están acostumbrados a una buena estúpida comedia se pusieran a ver algo de Dogma 95 para aliviar sus penas, no podrían dormir en una semana, y tendrían que arrullarse con un buen reguetón...

    Es sólo que la vida es injusta y eso la hace más hermosa. Si, digamos Time indefinite hubiera tenido tanta promoción como Clash of the titans, Ross McElwee hubiera ganado una buena cantidad de dinero y podría producir y hacer más películas como esa, más seguido.

    Pero bueno, si el mundo es así, por algo ha de ser... Qué viva la "gente normal".

    ResponderBorrar
  7. Jaja Alejo totalmente de acuerdo con tu post, y no es demasiado pedir la verdad... lo que pasa es que Hollywood es eso, puro show y espectáculo, casi siempre en la mayoría de los casos, con honrosas excepciones. El otro día en el bus en una pantalla LCD (que modernos estos señores buseros del valle) pusieron GIJOE... y cómo tu decías acabé viendo la lluvia por la ventana, un bodrio absoluto, ni la mala (que no estaba para nada "mala") daba ganas de ver esa cosa... en fin. Por suerte tenemos otras películas (como las que mencionaste), muchas cosas que se salvan y que nos hacen volver al cine, para maravillarnos y salir con la panza revuelta a tomar alguna cerveza.

    ResponderBorrar
  8. Espero que no sea sólo "alguna" crveza, sino una tras otras... porque cosas como The wrestler hacen que uno no le pierda la fe al cine..

    Y salud...

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Escriban, que yo no dejé a nadie...

Entradas más populares de este blog

Las enfermeras de la vida real no son como las del Show de Porcel

Ya ha pasado un año... Mi última visita a un hospital (espero que sea realmente la última) fue una mezcolanza de experiencias: el dolor insoportable, las ventajas de faltar a la oficina varios días, la incomodidad de las intravenosas... y las enfermeras... Sobre el dolor podría hacer un ensayo entero. Bastará con decir que, por esos días, cargaba el terrible peso de un corazón recientemente roto, esa sombra que a uno lo persigue a todos lados, le roba la sonrisa y se antepone a cualquier sensación o sentimiento. Pero, como dijo sabiamente mi Padawan, no hay dolor del corazón que se compare al de una rodilla rota o, en mi caso, al de un intestino rebelde. De la oficina y las intravenosas tal vez hable algún otro rato, pero de las enfermeras... Cierto es que el dolor y las drogas me sacaron de la realidad, pero también es cierto que no había nada más real que esas enfermeras. Mujeres contundentes y forradas de blanco, hacían su trabajo como quien lo ha venido haciendo por siglos. Sus ca

Lunático

Las cosas salen de los lugares menos pensados... El otro día me fui a ver La tourneuse de pages y conocí a Déborah François , la protagonista, hermosa mujer dueña de una belleza perturbadora, pese a no ser el tipo de mujer que me gusta -o talvez por eso-, y dueña también de un par de lunares en el cuello. De la película mejor no hablar, así que de una me dedico a lo que salió de la caja de Pandora que se abrió con los lunares. Fue algo totalmente imprevisto, un disparador escondido en lo recóndito del inconsciente, en la parte prohibida de la memoria... Prohibida porque es el camino directo a la bodega donde se guarda lo que no se debería volver a ver. Estoy exagerando... me gusta recordar algunas de estas cosas que alguna vez fueron letales y premeditadas minas antipersonales que dejaron enterradas ciertas chicas para volarme en pedazos después de su partida -toda mina extermina-. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hasta el más insufrible dolor deja de ser lo que era... qué

Las prefiero con lentes

¿Que por qué me gustan las mujeres con lentes? Pues no lo sé... sólo sé que, aunque una chica me parezca guapísima, me parecerá más guapa aun si la veo con lentes. Depende también del tipo de lentes -porque hay unos que no tienen nada que ver con nada- y del tipo de mujer -porque a algunitas ni los lentes más perfectos les salvan-; en resumen, las mujeres con lentes atrapan mi mirada, y suele pasar que no las puedo dejar de mirar. Después del caso de la parada de bus aquella vez, me sentí inmortal, bien y mal. Cuando vuelvo a verla con lentes pierdo y gano algo, pero me quedo igual, sin un “que te vaya bien” ni un beso ni nada, y seguimos nuestro camino como lo que somos, como dos extraños, aunque yo pueda dibujar su cara de memoria en la oscuridad, siempre con lentes... Yo la prefiero con lentes. Ella me prefiere lejos.

¿El mejor deportista de todos los tiempos?

¿Quién es el más grande de todos los tiempos? Por primera vez en la historia de la humanidad, una persona se portará objetiva para una elección tan importante como esta. Y esa persona seré yo. Esto no es cuestión de favoritos, es cuestión de datos reales. Si fuera por favoritos, en el podio estarían tipos como el Diego, Jean Alesí y Goran Ivanišević o Schumacher, Lou Bizarro y Ben Johnson o el Macho Man, Platiní y Rolando Vera. Tampoco será una elección basada en los conceptos típicos de deportividad o algo así, como lo que decía esa frase con la que empezaba un programa de hace años en la Nueva Emisora Central: “Deportista es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún gran deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, ha aprendido a reprimir la cólera, a ser tolerante con su compañero, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con alt

Vos sos Dios... vos sos lo más

No importa cómo, no importa cuándo... Charly García es Charly García y sólo él es Charly García. Así esté vestido impecablemente, con los ojos pintados, revolcándose ebrio, lanzándose desde el noveno piso a la piscina, destrozando los amplificadores, demoliendo hoteles, casi inmóvil frente al piano, pateando fans o recibiendo un Grammy, tiene tanto para dar con esa genialidad que le desborda, que me obliga a preguntarme hasta dónde podrá llegar... hasta dónde la podra aguantar el mismo García. Fui a su concierto el sábado (21 de noviembre de 2009, en el coliseo General Rumñahui de Quito). Es la tercera vez que lo veo ahí, en el escenario, repitiéndome las cosas que me ha dicho toda la vida desde sus discos. Es algo que había dado por perdido... No esperaba volver a verlo, al menos no aquí. Pensaba que talvez en algún hipotético -y poco probable- viaje a la Argentina podría verlo tocar otra vez en algún bar, en alguna disco, en una plaza... en cualquier lado... Ahora, con la emoción cer