Señor Correa:
A veces me toca viajar en taxi y ayer fue uno de esos días. El taxista, trabajador hombre del pueblo, tenía su radio encendida, así que me tocó escuchar su programa lleno de llamadas al aire, señoras que se quejaban de la infidelidad de sus maridos y cosas por el estilo -con The lonely shepherd de Zamfir como música de fondo-. De repente, una propaganda. Una patética voz masculina comienza a cantar con los acordes de Hey Jude y siento que algo se me rompe en el alma. Le pongo atención a la letra y siento ganas de vomitar, dolor, pena... indignación, porque empieza a hablar sobre la tal revolución ciudadana y termina transformando una obra maestra de la música universal en un panfleto ridículo de una campaña sin sentido.
¿Cuánto le costaron los derechos del tema? ¿Cuánto le tuvo que pagar a Michael Jackson o a quien quiera que sea ahora el dueño de los derechos de Hey Jude? Son preguntas retóricas, señor Correa, porque la verdad es que no me importa. Debería saber, tan preocupado como dice que es por la justicia y esas cosas, que no todo se vende ni todo se compra. No porque el capitalismo en el que vivimos -incluidos usted y su letrero de Socialismo del siglo XXI- nos lo permita, vamos a faltarle al respeto a cualquier cosa. Para eso uno tiene principios. Yo no compraría una bandera del Ecuador para ir a quemarla en la puerta de su casa, ni le mandaría de regalo una imagen de Cristo tatuada con dibujos satánicos, ni iría a darle serenata con el Himno Nacional con una letra cambiada que insulte a su familia. Lo que usted hizo es tan malo o peor que los ejemplos que acabo de ponerle porque, además, nos restriega su canción en la cara diariamente.
Ya sé que no fue usted en persona quien eligió la canción, escribió la adaptación de la letra, hizo los "arreglos" y la grabó. Pero USTED es el presidente y USTED es quien no debería permitir ese tipo de cosas. Pórtese prepotente, insulte a las periodistas pasadas de peso, búrlese de los agonizantes, rompa SUS relaciones con otros países, quítele la jubilación a los ancianos, invéntese algún sistema para que el pago y la declaración de impuestos sean más complicados, llame a referéndum cada tres meses y gástese millones en eso, hágase más guapo y simpático, no me importa. Eventualmente puede hasta mandar a las fuerzas del orden a atacar al pueblo que se manifiesta en las calles, huir del país llevándose todo el dinero o perpetuarse ilegalmente en el poder. No me importa. No me importa que su gobierno se vaya por los mismos caminos que Venezuela o Bolivia, con sus anacrónicos Simón Bolivar o Ché Guevara como modelos a seguir, no me importa que el uno no tenga ningún significado útil en mi vida y que el otro no sea más que un desgastado ícono de la cultura pop actual. Pero, por favor, deje en paz a The Beatles. Una cosa es hacer un cover de una canción, una reinterpretación, y otra muy diferente es aprovecharse de un hit mundial para hacer proselitismo en una campaña ridícula.
La blasfemia de su campaña no tiene perdón. Siempre pensé que usted era una persona más inteligente que el resto de los imbéciles que se lanzan en busca de la presidencia. Después de escuchar esa interminable cuña radial -que, por cierto, habla muy bien de sus fondos de campaña- lo degradé junto a ellos. Incluso podría decir que Álvaro Noboa y Lucio Gutiérrez, en lo asnos que puedan llegar a ser, nunca cometieron una estupidez comparable a la suya (no se preocupe porque, conociéndoles, ya han de sacar sus propias versiones bazofiales de campaña de algún tema de los Stones o Sinatra). Al menos Abdalá Bucaram se apropió del tema de Perales sin regrabarlo ni ponerle una letrita estúpida y falta de gracia... punto a favor de quien debería estar en la cárcel y goza de impunidad durante su mandato.
The Beatles ya eran de todos antes de su llegada con su estúpido eslógan y todo lo demás, pero que sean de todos no implica que podamos destrozarlos (hasta el Butchering the Beatles es permitido). Se ha ganado el infierno, señor Correa. Ojalá pase la eternidad abrazado y abrasado ahí con su amigo Febres Cordero.
Para quitarme el disgusto, mejor voy a escuchar la canción como se debe...
A veces me toca viajar en taxi y ayer fue uno de esos días. El taxista, trabajador hombre del pueblo, tenía su radio encendida, así que me tocó escuchar su programa lleno de llamadas al aire, señoras que se quejaban de la infidelidad de sus maridos y cosas por el estilo -con The lonely shepherd de Zamfir como música de fondo-. De repente, una propaganda. Una patética voz masculina comienza a cantar con los acordes de Hey Jude y siento que algo se me rompe en el alma. Le pongo atención a la letra y siento ganas de vomitar, dolor, pena... indignación, porque empieza a hablar sobre la tal revolución ciudadana y termina transformando una obra maestra de la música universal en un panfleto ridículo de una campaña sin sentido.
¿Cuánto le costaron los derechos del tema? ¿Cuánto le tuvo que pagar a Michael Jackson o a quien quiera que sea ahora el dueño de los derechos de Hey Jude? Son preguntas retóricas, señor Correa, porque la verdad es que no me importa. Debería saber, tan preocupado como dice que es por la justicia y esas cosas, que no todo se vende ni todo se compra. No porque el capitalismo en el que vivimos -incluidos usted y su letrero de Socialismo del siglo XXI- nos lo permita, vamos a faltarle al respeto a cualquier cosa. Para eso uno tiene principios. Yo no compraría una bandera del Ecuador para ir a quemarla en la puerta de su casa, ni le mandaría de regalo una imagen de Cristo tatuada con dibujos satánicos, ni iría a darle serenata con el Himno Nacional con una letra cambiada que insulte a su familia. Lo que usted hizo es tan malo o peor que los ejemplos que acabo de ponerle porque, además, nos restriega su canción en la cara diariamente.
Ya sé que no fue usted en persona quien eligió la canción, escribió la adaptación de la letra, hizo los "arreglos" y la grabó. Pero USTED es el presidente y USTED es quien no debería permitir ese tipo de cosas. Pórtese prepotente, insulte a las periodistas pasadas de peso, búrlese de los agonizantes, rompa SUS relaciones con otros países, quítele la jubilación a los ancianos, invéntese algún sistema para que el pago y la declaración de impuestos sean más complicados, llame a referéndum cada tres meses y gástese millones en eso, hágase más guapo y simpático, no me importa. Eventualmente puede hasta mandar a las fuerzas del orden a atacar al pueblo que se manifiesta en las calles, huir del país llevándose todo el dinero o perpetuarse ilegalmente en el poder. No me importa. No me importa que su gobierno se vaya por los mismos caminos que Venezuela o Bolivia, con sus anacrónicos Simón Bolivar o Ché Guevara como modelos a seguir, no me importa que el uno no tenga ningún significado útil en mi vida y que el otro no sea más que un desgastado ícono de la cultura pop actual. Pero, por favor, deje en paz a The Beatles. Una cosa es hacer un cover de una canción, una reinterpretación, y otra muy diferente es aprovecharse de un hit mundial para hacer proselitismo en una campaña ridícula.
La blasfemia de su campaña no tiene perdón. Siempre pensé que usted era una persona más inteligente que el resto de los imbéciles que se lanzan en busca de la presidencia. Después de escuchar esa interminable cuña radial -que, por cierto, habla muy bien de sus fondos de campaña- lo degradé junto a ellos. Incluso podría decir que Álvaro Noboa y Lucio Gutiérrez, en lo asnos que puedan llegar a ser, nunca cometieron una estupidez comparable a la suya (no se preocupe porque, conociéndoles, ya han de sacar sus propias versiones bazofiales de campaña de algún tema de los Stones o Sinatra). Al menos Abdalá Bucaram se apropió del tema de Perales sin regrabarlo ni ponerle una letrita estúpida y falta de gracia... punto a favor de quien debería estar en la cárcel y goza de impunidad durante su mandato.
The Beatles ya eran de todos antes de su llegada con su estúpido eslógan y todo lo demás, pero que sean de todos no implica que podamos destrozarlos (hasta el Butchering the Beatles es permitido). Se ha ganado el infierno, señor Correa. Ojalá pase la eternidad abrazado y abrasado ahí con su amigo Febres Cordero.
Para quitarme el disgusto, mejor voy a escuchar la canción como se debe...
Como casi nadie va a leer este post, no creo que le quite ni un voto, además que no pienso que sea motivo suficiente lo que expongo aquí como para que algún simpatizante suyo prefiera a The Beatles o a Noboa o a Gutiérrez... Igual creo que usted ha de ganar...
que bueno que yo no alcance a escuchar se mejante bajeza !!!
ResponderBorrarGatuno, Gatuno,
ResponderBorrar¡Cuánta rabia! Creo que nunca te había visto tan enfadado. Me inquietan algunas frases, por suerte pones "eventualmente". Puedo preguntar, ¿qué te importa más: Ecuador o los Beatles?
Sabes que siempre es con cariño...
Mi querido:
ResponderBorrarEl horror! A Dios gracias no escucho la radio donde semejante bajeza pueda suceder. No es cuestión de amar a Ecuador o a The Beatles más, es cuestión de respeto. Gran análisis político de este pequeño país que se pierde a sí mismo el respeto cada día en esta monstruosa historia política que nos cargamos. Larga vida a The Beatles, a mi himno "All you need is love" y vivamos en un mundo sin fronteras, que la Tierra es de todos y debemos circularla libremente. Quizá allí terminen las atrocidades...
Ícaro
ResponderBorrarDe ley, te salvaste de no haber estado aquí para escucharlo... Pero era mejor cuando estabas aquíííííí... :(
Consuelo
Ese "eventualmente" es por la tradición de los presidentes de hacer esas cosas... o la tradición del pueblo de botarlos después de haberlos votado. Y me importa más mi país, claro, pero ya hace mucho que dejé de pensar que podría cambiarlo o ayudarlo de alguna manera. Me parece más productivo defender a The Beatles en este punto...
Oonagh
Respeto, esa es la cuestión... Y no hay que olvidar toda la campaña del gobierno por darle la importancia que se merecen las cosas hechas en el país. Pese a eso, no son capaces de contratar un músico nacional para que les escriba una canción y prefieren arruinar algo de afuera.
Pues algunos con los que no contabas hemos leído esta carta abierta al señor Correa y, aunque no es nuestro país ni nuestra guerra, y tampoco hemos sufrido la aberración contra la canción, estamos totalmente de acuerdo con que hay cosas que no se deben hacer... y maltratar esta canción es una de ellas.
ResponderBorrarUn saludo desde la tierra que acoge a tu amiga Consu ;-)
Gracias por el respaldo, amigo banderas, que hay cosas universales que no se tocan, sea donde sea...
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