Ayer cambié de colchón. Lo hice porque el anterior ya estaba un poco -bastante- viejo y porque quería ver si los fantasmas se iban a la basura con el colchón viejo... Timing, perfect timing... yo no lo planeé así pero resultó ser el día más apropiado de la vida para este cambio. Al final, como siempre, la realidad me da un portazo que me deja sangrando, los ojos llenos de lágrimas y sin entender nada de nada. No quiero escribir mucho hoy, no sé si tenga las fuerzas, pero al menos quiero relatar los hechos. Fui a dormir con el nuevo colchón y me di cuenta que los fantasmas no habitaban en él. Dormí abrazado a un cuerpo que alguna vez tuve a mi lado, abrazado fuertemente, con una tristeza infinita porque ella ni cuenta se dio. En el sueño me vino a visitar y me dio un beso, nada más para que no me muriera... como siempre, lo consiguió. Ella siempre consigue lo que quiere. Despertaba a cada rato sin ganas de soltarla, mientras otros fantasmas esperaban su oportunidad para recrear viejos momentos. Esos movimientos que no he olvidado, sabores, sonidos, largos cabellos, pequeños cuerpos... tuvieron que bailar cerca, pero sin mí, porque yo estaba dedicado a no morir, o a tratar de morir por fin.
Al final desperté cansado, ojos rojos, una de las noches más tristes, sin entender por qué... por qué... Que no me vengan ahora con eso del amor, creo que es momento de aceptarlo. Quisiera ser una de esas personas que dan la vida por el trabajo, por un ideal, por el bienestar del resto... pero no, claro, yo tenía que ser uno de esos imbéciles -y no el imbécil que quisiera- que vive del amor... Está claro que no se puede vivir del amor, ya lo dijo Andrés. Cuánta razón tuvo. Ahora no me queda más que pasar las noches entre fantasmas hasta que alguien se decida a tomar su puesto, a probar mi colchón, a ser la siguiente mujer que me costará la vida. Aunque tengo miedo, no creo que haya forma de evitarlo, así como no hay forma de olvidar. Esta especie de final es más triste de lo que el mismo Nacho Vegas hubiera podido escribir, con cambio de colchón y todo. ¿Será que los cazafantasmas me pueden ayudar?... No creo, estos fantasmas me cazaron hace tiempo.
Al final desperté cansado, ojos rojos, una de las noches más tristes, sin entender por qué... por qué... Que no me vengan ahora con eso del amor, creo que es momento de aceptarlo. Quisiera ser una de esas personas que dan la vida por el trabajo, por un ideal, por el bienestar del resto... pero no, claro, yo tenía que ser uno de esos imbéciles -y no el imbécil que quisiera- que vive del amor... Está claro que no se puede vivir del amor, ya lo dijo Andrés. Cuánta razón tuvo. Ahora no me queda más que pasar las noches entre fantasmas hasta que alguien se decida a tomar su puesto, a probar mi colchón, a ser la siguiente mujer que me costará la vida. Aunque tengo miedo, no creo que haya forma de evitarlo, así como no hay forma de olvidar. Esta especie de final es más triste de lo que el mismo Nacho Vegas hubiera podido escribir, con cambio de colchón y todo. ¿Será que los cazafantasmas me pueden ayudar?... No creo, estos fantasmas me cazaron hace tiempo.
Cambiaste de colchon con sus siluetas y sus perfumes, que adecir de verdad solo son recuerdos. Los fantasmas se llevan en alma pero se quedan pegados en cualquier parte.
ResponderBorrarMi "dos plazas chaide&chaide" no borró los recuerdos solo los hizo mas escasos.
Cierto, se llevan en el alma... ahora hay otro fantasma que nunca visitó mi colchón como hubiera querido, pero viene por las noches llena de furia para no dejarme dormir... qué terrible...
ResponderBorrarY ahora dice que ya le gusta The Cure...
ResponderBorrarY en serio le gusta? :O
ResponderBorrarAhora que me doy cuenta, eso de "Y ahora dice que ya le gusta The Cure", es un comentario que no tenía que ir en este post, sino en de "Lost"...
ResponderBorrarPero sí, que ya le gusta... Y cómo no, si, cuando se acabe la gira de Soda, volverán a ser la banda activa más espectacular de la Tierra.
the cure es muy chévere... no sé estoy dea cuerdo con aquello de la banda "activa más espectacularde la tierra" pero me gusta un "jurgo".
ResponderBorrarUn poco más de un par de años después, uno de los fantasmas volvió a mi colchón, al nuevo colchón, sin que eso haya estado en los planes de ninguno de los dos... pero así pasan las cosas, las mejores cosas, tengo que decir. Talvez sólo volvió para recordar, para dejar su olor en mis sábanas, para demostrar algunas cosas... no sé.
ResponderBorrarLo que sé es que el fantasma ahora hace compañía, espera conmigo lo que estoy esperando -qué raro, yo esperando algo-, esperando lo que me puede hacer retomar el camino... o perderlo definitivamente...