Ese concepto de "el momento preciso" existe, y lo he constatado en la realidad. ¿Les ha pasado alguna vez que están compartiendo con una persona y sienten que es el momento indicado para algo, un beso, una confesión, una palabra, una escapada? Pasa... y si lo dejamos pasar, no se recupera jamás.
El otro día fui víctima de algo así. Sentí que todo conspiraba a mi favor, a su favor. La música, el alcohol, la cercanía, los roces, las palabras, las miradas, el abotonamiento de los guantes... todo estaba de nuestro lado. Y nada pasó porque no hubo oportunidad, según ella. Tengo que reconocer que así fue. Lo que me molesta y me martiriza (sólo este instante, sé que mañana se me pasará) es que sé que los dos hubiéramos podido crear esa oportunidad, hubiéramos huído del resto, inventado un pretexto para salir y tomar esa cerveza de más, la cerveza necesaria... Ahora estoy solo frente a la computadora, con ganas de no estar aquí, pero sin otra alternativa.
El otro día fui víctima de algo así. Sentí que todo conspiraba a mi favor, a su favor. La música, el alcohol, la cercanía, los roces, las palabras, las miradas, el abotonamiento de los guantes... todo estaba de nuestro lado. Y nada pasó porque no hubo oportunidad, según ella. Tengo que reconocer que así fue. Lo que me molesta y me martiriza (sólo este instante, sé que mañana se me pasará) es que sé que los dos hubiéramos podido crear esa oportunidad, hubiéramos huído del resto, inventado un pretexto para salir y tomar esa cerveza de más, la cerveza necesaria... Ahora estoy solo frente a la computadora, con ganas de no estar aquí, pero sin otra alternativa.
Maldita sea. Espero que no me vuelva a pasar. Y no sólo con ella, sino con todas. Quiero tener la suficiente clarividencia para darme cuenta que, si no hago nada, estaré ante el nacimiento de un recuerdo, y, si actúo, estaré ante el comienzo de un presente diferente...
La foto no está muy buena... Si pudiera quitar ese corazón verde sería muchísimo mejor, así no transmitiría el mensaje equivocado.
ResponderBorrarPero igual, pasó, pasó, pasó nuestro cuarto de hora... se nos pasó pero aún podíamos reír...
se pasó... la mano, el guante, la vida. Todo estaba ahí y no sé dio.
ResponderBorrarUno esperando ue la vida le de señales y cuando te las da estas ciego, que tal, ha? A mí tambien me pasó
A mi no me pasó. Cuando aparece la oportunidad la tomo. Pero a veces el después... ¿qué crees que hubiera pasado después si tomabas esa oportunidad? A lo mejor cuando dejamos ir eso que parece perfecto es porque no estuvimos listos para ello. No hay espacio para el arrepentimiento, sí lo hay para una bella historia de imposibles.
ResponderBorrarNo hay arrepentimiento. Igual queda la duda: ¿qué hubiera pasado si tomaba esa chance? ¿qué sería ahora si la hubiera dejado pasar? Lleno ya de historias de imposibles, decidí tratar otro camino... resultó tan imposible como los demás.
ResponderBorrarHay una historia posible esperándote a la vuelta de la esquina, de la estación que ya no visitas, de esa calle que la conoces de memoria. Esa que por tan posible se vuelve invisible y se niega desde el baluarte de la razón, y seguro, par de despistados, aún no se dan cuenta que se aman...
ResponderBorrarNo sé si será en las calles, las estaciones o en las gradas que tendré que buscar mañana. Si se pasó el momento, ¿qué es esto, entonces?... Es el presente, la realidad, soy yo en mi única expresión. O es que seguramente estaba equivocado y las cosas nunca son como pienso que deberían ser.
ResponderBorrarEl amor está en todos lados, en ella, en mí, pero apuntando en direcciones equivocadas (¿o en las correctas?)
Dime qué será, qué será de los dos cuando pase la vida. Algo ocurrirá, tengo una sensación, una carta guardada, un buen signo del sol...
El amor es la venganza de los dioses contra el hombre...
Será una venganza... pero cuando funciona, así sea por un corto tiempo, vale toda la tristeza que viene después
ResponderBorrarClaro que lo vale, pero no debería ser tan doloroso al final. Lo bueno es que, al empezar un amor, no nos ponemos a pensar en el sufrimiento que le seguirá, en la venganza, el odio, el maldito dolor que no le permite a uno sacarse a esa persona de la mente... Y lo peor de todo es que me he dado cuenta que no tiene que ser necesariamente cuando uno siente ese amor dentro de sí.
ResponderBorrarNo sé, no sé nada... sólo que a veces esa venganza es tan terrible...
Yo hice mi oportunidad. La hice cortando las puntillas de las hojas blancas. Pinté, me comí la tinta que se derramaba. Cogí un bus, las fui a dejar a la puerta de tu casa. No te dije mi nombre, ni mi rostro porque buscaba algo más que un nombre o un rostro. Hice mi oportunidad, sin pedir premiso, sin decidir el tiempo, sin obligarme a nada. Y todo lo que busqué de la vida estaba allí, entre la esquina de tu risa y el botón de mi mano... pero tú no lo sabías y eso que yo te dije. ¡Qué mala!
ResponderBorrarBuena esa de hacerse la oportunidad por uno mismo. A mí me llegó ese día, el dedo detrás de la oreja, y la dejé pasar. Apareció otra vez, después del gran concierto gran, y la volví a dejar pasar... ¿qué viene después? Qué bien se siente cada que me dices o me escribes algo de eso... aunque sé que te gusta ver cómo sufro cuando me recuerdas las oportunidades que perdí, que, desde el 2001, ya van siendo bastantes...
ResponderBorrarhola gatuno..
ResponderBorrarPues, aquí me tienes leyendo entradas antiguas tuyas.
Qué bonito "si no hago nada, estaré ante el nacimiento de un recuerdo, y, si actúo, estaré ante el comienzo de un presente diferente."
Me ha pasado muchas veces, y odio quedarme con esa sensación en la boca. También he tomado en algunas ocasiones la iniciativa, para no quedarme con esa sensación... con resultados más malos que buenos... pero creo que es mejor arrepentirse que lamentarse por no hacerlo...
Qué lástima señor gatuno que nos separen tantos kilómetros y un océano nada menos y nada más, me gustaría mucho compartir una cerveza y conversar tantas cosas contigo.
Pasó recién algo con alguien y fue al revés... Quien perdió la oportunidad fue ella, porque nunca sentí que la oportunidad era mía. Parece que desde hace un tiempo me toca conocer los extremos, estar en ambos polos de las situaciones, las relaciones, las vivencias... Al hacer resumen, uno se da cuenta que es irónico y divertido...
ResponderBorrarY bueno, los océanos y los kilómetros se pueden sortear... sólo hay que darle tiempo al tiempo para el encuentro y la cerveza.
Después del concierto de Calamaro, estuve casi un mes siendo la tal oportunidad para una chica... paradójicamente, la misma chica, mi misma oportunidad...
ResponderBorrarCon todas las lágrimas derramadas sobre los regalos que olvidé en su casa, firmo esta confesión silenciosa de saber que las puertas que ella me cierra son las que me llevaban a eso que llaman amor.
¡Qué bazofia!
Quién sabe, talvez sus puertas no sean las únicas. Puede que me anime a ir a tocar otra puerta más allá, sólo por la curiosidad de ver qué diablos hay detrás, para ver cuánto se demoran en cerrármela.