Concierto de Paul McCartney en Quito, Estadio de Liga Deportiva Universitaria, 28 de abril de 2014. Foto sacada de la cuenta oficial de twitter de Paul. |
It's wonderful to be here
It's certainly a thrill
You're such a lovely audience
We'd like to take you home with us
We'd love to take you home
It's certainly a thrill
You're such a lovely audience
We'd like to take you home with us
We'd love to take you home
(Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band)
Y lo que parecía imposible, un sueño irrealizable, un buen día se hizo realidad. Un Beatle vino a Quito. Paul McCartney, la mayor leyenda viva de la música universal trajo a su poderosa banda y demostraron cómo se rockea... y todo en el mejor lugar posible, el único lugar posible: la cancha de la U. De hecho, es lo segundo más grande que ha pasado en ese templo del fútbol, ahora también templo del rock, después de la Libertadores 2008. Ni la lluvia quiso perderse el show, well, the rain exploded with a mighty crash, así que nos cayó sin piedad durante tres himnos: Let it be, Live and let die y Hey, Jude. Aunque algunos prefirieron taparse con sus paraguas, yo no cambio por nada el haber estado saltando como un demente, estilando, viviendo y dejando morir entre llamas y pirotécnicos, con la Carmenlou y el Javi.
No creo que haya mucho más que decir después de todo lo que se ha dicho del concierto. Tocó 40 temas en total, 26 de los cuales fueron de los Beatles y 6 de los Wings ¡ya para qué la vida! Con sus 71 años a cuestas, McCartney me hizo rockear el triple de lo que rockeé en todo el concierto de Metallica (y eso si hablamos solamente de Helter skelter, definitivamente la cosa más brutal que se ha escrito en la música desde el principio de los tiempos, porque si sumamos todos los temas ya se pierde la cuenta de la cantidad de rockeo). Pero, así como casi me desnuco con ese tipo de canciones, también salté con alegría incontenible con cosas como All together now, Lady Madonna, Band on the run o All my loving, y lloré emocionado con Let it be, Something y el gran final de Golden slumbers + Carry that weight + The end. Fue, además de todo, la oportunidad de redescubrir joyitas como Nineteen hundred and eighty-five o Another day y de confirmar que los Wings eran una bandaza. No creo que me equivoque si digo que quienes estuvimos ahí no olvidaremos jamás el concierto. Cierto es que el tiempo nos irá borrando el setlist de la cabeza, nos costará recordar que empezó con Eight days a week y que tocó And I love her, pero tendremos siempre presente la grandiosidad del show, el mejor sonido que se haya escuchado en el Ecuador (lo siento Alan Parsons, finalmente te destronaron), y sobre todo la alegría, la inmensa felicidad de toda la ciudad, de los asistentes y los que escucharon las historias desde afuera al final, porque, como bien dijo Monstrina en un tweet, "esta ciudad se hizo feliz por un día".
La Carmenlou dijo que, en sus inicios, la música de los Beatles era para chicas adolescentes que gritaban, lloraban y se desmayaban, y que ahora es música para hombres grandes, porque fuimos nosotros quienes lloraron. Como ella siempre tiene la razón, no puedo decirle nada... Ahora, después de haber hecho una pretemporada de toda la vida, después de haber escuchado cada disco mil veces, haber visto las películas, haber diseccionado los Anthologies, haber estudiado el curso de The music of The Beatles en coursera.org, y después de hasta haber dado un concierto beatle con el Armando en el no bautizo del Elías, me siento un hombre más completo (que llora en el concierto, pero más completo).
Y ahora que Paul McCartney vino, cantó y triunfó, esperemos que otros shows inmensos vengan para acá. ¿Cómo te quedó el ojo, Robert Smith? Sólo me falta que se reúna lo que queda de Pink Floyd, Led Zeppelin, Serú Girán, que vengan Dylan y Nacho Vegas, y ahí sí, talvez podría decir que puedo morir en paz.
Aquí va el setlist:
Aquí va el setlist:
No pasa la fiebre, seguimos bañados de Paul, reviviendo la euforia y las lágrimas, y así estaremos por un buen rato más. Releo el setlist y no puedo creer que yo estuve ahí.
ResponderBorrarY ahora que se viene Páez -aunque no tenga todavía mis entradas- no puedo más que sentir un poco de miedo porque su setlist es "muy corto". Como le decía al Javi, eso es lo malo de conciertos como el de McCartney: dejan la vara demasiado alta (40 canciones, casi tres horas), tanto que incluso musicazos como Páez parecen quedarse cortos con un setlist que no llega a los 30 temas.
Pero bueno, a disfrutar y seguir disfrutando del mejor rock de todas las latitudes.
¡Salud!
Oye... se ve buenazo el setlist, y eso que no soy fan de él. Se ve que estuvo buenísimo. Me alegro tanto de que disfrutes de todos estos conciertos!!!
ResponderBorrarHolaaaaaaaaaa.
BorrarCon la cantidad de himnos que ha compuesto este señor, hubiera podido hacer un par de horas más de concierto, con puros hits, pero bueno, a sus setentaypocos hace un despliegue de rock que muchos jóvenes envidiarían.
Pero sí, fue un sueño cumplido para un amante Beatle como yo.
Y qué mejor poder besuquearse con la Carmenlou entre canciones.
¡Besos!