Ir al contenido principal

El mejor dotado de los conductores suicidas

"I think it is well known that if I want someone to stay behind me and I am faster, then he stays behind me."

Hoy son 27 años -27, como el número de su Ferrari, que él convirtió en leyenda y que después llevaron otros pilotos de la casa de Maranello como Alboreto, Mansell, Berger, Alesí y hasta creo que el mismo Schumacher-, 27 años de la muerte de Gilles Villeneuve, tras ese estúpido accidente en las clasificaciones de Zolder. Talvez si Pironi (su coequipero en Ferrari) no hubiera desobedecido la orden del equipo y no lo hubiera pasado peligrosamente en la última vuelta del GP de San Marino, un par de semanas antes del accidente, Gilles no hubiera salido como un desalmado a clasificar y no hubiera pasado nada. Pensándolo bien, él siempre manejaba como un desalmado... y eso le hizo ser quien es hoy.

Nunca lo vi correr, sólo he visto videos viejos, pero eso basta para admirarlo y adorarlo, como buen hincha de Ferrari que soy. Un tipo de sonrisa amplia que comenzó corriendo en motos de nieve, pasó ganando a todo el mundo en Fórmula Atlantic hasta llegar a McLaren -una carrera, creo- para después ser reclutado por el Comendatore y hacerse ídolo con las maniobras, los trompos, los adelantamientos, los accidentes... En su primer gran accidente murieron 2 personas cuando su Ferrari voló sobre la gente en Fuji tras toparse con Ronnie Peterson. En el último murió solamente él...

Lo mejor de la F1 nos lo regaló Gilles: el triunfo en Mónaco con turbo, los derrapes en España, la vuelta en 3 ruedas en Holanda y, por supuesto, la lucha con Rene Arnoux en Dijon, allá por 1979...

Comentarios

  1. Hola Gatito...
    Me da pena ver este post sin comentario alguno... no tengo mucho que decir en realidad al respecto, a mí no me gusta la fórmula uno... nunca he visto una carrera completa ni mucho menos madrugaría para verla... jajaja... a menos que me lo pidiera alguien especial y nos quedáramos viéndola entre arrumacos en la cama... quizás, ahí sí... jaja
    No tengo muchos ídolos deportivos... quizás en algún momento fueron ídolos los tenistas chilenos Marcelo Ríos, cuando fue número 1, y Fernando González y Massú, cuando ganaron las olimpiadas... Fueron partidos históricos... por ellos sí madrugaba, pero a regañadientes... jeje
    besitos Gatuno

    ResponderBorrar
  2. ¿Así que ahora habilitaste la moderación de comentarios? Me parece... :) más besos Gatito

    ResponderBorrar
  3. He tenido muchos ídolos de muchas cosas... y Gilles Villeneuve es un caso de esos en que se transforman en ídolos sin que siquiera los haya podido ver cuando vivían...

    ResponderBorrar
  4. excelente la foto del Ferrari 27

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Escriban, que yo no dejé a nadie...

Entradas más populares de este blog

Las enfermeras de la vida real no son como las del Show de Porcel

Ya ha pasado un año... Mi última visita a un hospital (espero que sea realmente la última) fue una mezcolanza de experiencias: el dolor insoportable, las ventajas de faltar a la oficina varios días, la incomodidad de las intravenosas... y las enfermeras... Sobre el dolor podría hacer un ensayo entero. Bastará con decir que, por esos días, cargaba el terrible peso de un corazón recientemente roto, esa sombra que a uno lo persigue a todos lados, le roba la sonrisa y se antepone a cualquier sensación o sentimiento. Pero, como dijo sabiamente mi Padawan, no hay dolor del corazón que se compare al de una rodilla rota o, en mi caso, al de un intestino rebelde. De la oficina y las intravenosas tal vez hable algún otro rato, pero de las enfermeras... Cierto es que el dolor y las drogas me sacaron de la realidad, pero también es cierto que no había nada más real que esas enfermeras. Mujeres contundentes y forradas de blanco, hacían su trabajo como quien lo ha venido haciendo por siglos. Sus ca

Lunático

Las cosas salen de los lugares menos pensados... El otro día me fui a ver La tourneuse de pages y conocí a Déborah François , la protagonista, hermosa mujer dueña de una belleza perturbadora, pese a no ser el tipo de mujer que me gusta -o talvez por eso-, y dueña también de un par de lunares en el cuello. De la película mejor no hablar, así que de una me dedico a lo que salió de la caja de Pandora que se abrió con los lunares. Fue algo totalmente imprevisto, un disparador escondido en lo recóndito del inconsciente, en la parte prohibida de la memoria... Prohibida porque es el camino directo a la bodega donde se guarda lo que no se debería volver a ver. Estoy exagerando... me gusta recordar algunas de estas cosas que alguna vez fueron letales y premeditadas minas antipersonales que dejaron enterradas ciertas chicas para volarme en pedazos después de su partida -toda mina extermina-. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hasta el más insufrible dolor deja de ser lo que era... qué

Las prefiero con lentes

¿Que por qué me gustan las mujeres con lentes? Pues no lo sé... sólo sé que, aunque una chica me parezca guapísima, me parecerá más guapa aun si la veo con lentes. Depende también del tipo de lentes -porque hay unos que no tienen nada que ver con nada- y del tipo de mujer -porque a algunitas ni los lentes más perfectos les salvan-; en resumen, las mujeres con lentes atrapan mi mirada, y suele pasar que no las puedo dejar de mirar. Después del caso de la parada de bus aquella vez, me sentí inmortal, bien y mal. Cuando vuelvo a verla con lentes pierdo y gano algo, pero me quedo igual, sin un “que te vaya bien” ni un beso ni nada, y seguimos nuestro camino como lo que somos, como dos extraños, aunque yo pueda dibujar su cara de memoria en la oscuridad, siempre con lentes... Yo la prefiero con lentes. Ella me prefiere lejos.

¿El mejor deportista de todos los tiempos?

¿Quién es el más grande de todos los tiempos? Por primera vez en la historia de la humanidad, una persona se portará objetiva para una elección tan importante como esta. Y esa persona seré yo. Esto no es cuestión de favoritos, es cuestión de datos reales. Si fuera por favoritos, en el podio estarían tipos como el Diego, Jean Alesí y Goran Ivanišević o Schumacher, Lou Bizarro y Ben Johnson o el Macho Man, Platiní y Rolando Vera. Tampoco será una elección basada en los conceptos típicos de deportividad o algo así, como lo que decía esa frase con la que empezaba un programa de hace años en la Nueva Emisora Central: “Deportista es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún gran deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, ha aprendido a reprimir la cólera, a ser tolerante con su compañero, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con alt

Vos sos Dios... vos sos lo más

No importa cómo, no importa cuándo... Charly García es Charly García y sólo él es Charly García. Así esté vestido impecablemente, con los ojos pintados, revolcándose ebrio, lanzándose desde el noveno piso a la piscina, destrozando los amplificadores, demoliendo hoteles, casi inmóvil frente al piano, pateando fans o recibiendo un Grammy, tiene tanto para dar con esa genialidad que le desborda, que me obliga a preguntarme hasta dónde podrá llegar... hasta dónde la podra aguantar el mismo García. Fui a su concierto el sábado (21 de noviembre de 2009, en el coliseo General Rumñahui de Quito). Es la tercera vez que lo veo ahí, en el escenario, repitiéndome las cosas que me ha dicho toda la vida desde sus discos. Es algo que había dado por perdido... No esperaba volver a verlo, al menos no aquí. Pensaba que talvez en algún hipotético -y poco probable- viaje a la Argentina podría verlo tocar otra vez en algún bar, en alguna disco, en una plaza... en cualquier lado... Ahora, con la emoción cer