Ir al contenido principal

¿Habrá pileta en Tokio?

Soy un tipo que ha perdido todo el amor del mundo. Pero no me importa ahora. Somos los campeones de América. Quisiera tener aquí a la mujer que amo y besarla interminablemente para festejar y levantar la copa con ella... pero, por primera vez en la vida, no me importa que ella no esté a mi lado... somos los campeones de América. Todas las mujeres que pusieron su amor -a veces hasta sus piernas- sobre mis hombros como una bestia inmensa, y luego me dejaron como si nada, no importan ahora. No importa ni su amor, ni su cobardía, ni sus ganas, ni su belleza, ni su odio final, ni las canciones, ni mi propio dolor. No importa. Nada importa. Somos los campeones de América. El amor es una maldición... Maldita sea la maldición que maldice mi maldita vida... Pero me vale... somos los campeones de América y no me voy a cansar de repetirlo ni de sentirlo dentro de mí.

Tengo que reconocer que, en el partido con Libertad aquí, había perdido la fe. Mitad del segundo tiempo y empatábamos a ceros. Luego apareció Urrutia... "Histórico" dirá el Javi... y tiene razón. El Santiago se fue a ese partido y me lo contó todo, como solo un fanático de menos de quince, vicioso de GP3 lo podría hacer. Histórico todo lo que pasó el día de hoy, como todas la piedras que intentaron meterse en nuestros zapatos para arruinarnos la fiesta, y que al final destrozamos. En el camino nos fuimos comiendo a Arsenal, Estudiantes, San Lorenzo, las águilas del América y al Fluminense. Vale aclarar que en la fase de grupos, a más de haber jugado con Arsenal y Fluminense, también enfrentamos a Libertad de Paraguay... salimos segundos del grupo, sin poder ganarle a los brasileños... Lo máximo que logramos fue un empate aquí. Luego, en la final, el Maracaná se rindió a nuestros piés... Ya era hora de que lo haga. Y eso que el mamerto de Baldassi -o como se escriba- le anuló un gol totalmente legítimo a Bieler faltando 2 minutos para que terminen los suplementarios... Nada pudo contra nosotros... Somos los campeones de América.

Ahora mi amada dormirá en los brazos de otro hombre -tan otro a estas alturas...- y yo guardaré el recuerdo de abrazarme con todo el mundo después del último penal tapado por Cevallos... me abrazaba con los ebrios, con un barcelonista, con el Búho y el Juanito, con una chica muy muy guapa... con todo el mundo. Si hasta me emocioné hasta las lágrimas, me quité la camiseta y grité como no lo había hecho hace tanto... Catarsis total, y con sólo 2 bielas hasta ese punto... parecía uno de esos conciertos que tanto amo.

Me acuerdo de los pénales tapados por Cevallos en el partido de Barcelona con los bolivianos del Cerro Poteño en la copa del 98. Por fin sirvieron de algo las tapadas de los 3 pénales... por fin... Tenía que ser en la Liga. También me acuerdo que el payaso de Kaviedes llegó al equpo a inicios de año y luego se largó. Qué bueno que se fue... si él hubiera seguido en el equipo, no lo hubiéramos logrado. Gracias por largarte. Ahora no juegas en ningún lado y te comes cemento porque hubiera sido tu primer título... Desde dentro del corazón -y pese a la emoción del gol contra Costa Rica- deseo que te pudras Kaviedes. Prefiero quedarme con el recuedo del último gol de la U contra Arsenal, de Obregón... Qué golazo, maldita sea... o las tapadas de Cevallos en la final, o el gol del Chucho contra el América, o el gol de Manso contra San Lorenzo aquí, o el llanto de Bauza al lograr el título... Perdón "Patón" si alguna vez quise que te fueras... eres el más grande.

Podría seguir y seguir divagando sobre la gloria y las cervezas que bebo donde el Búho, pero a veces las palabras no bastan. El excelente primer tiempo de la ida de la final, la excelente definición por pénales en el Maracaná... la mejor cerveza de la vida... la Copa Libertadores... el olvido de quienes me amaron y de aquellas a quien amé. Nada importa ya... somos los campeones de América y no me cansaré de repetirlo. Quisiera estar en la pileta de la Indoamérica, con la orina de los losers envidiosos del Quito y demás equipuchos ecuatorianos, bañándome de triunfo como ellos nunca lo harán... pero es casi tan bueno estar bebiendo con un amigo.

Y ahora que se venga el Manchester... ¿Habrá pileta en Tokio? Ojalá, porque allá sí me bañaré. Me acuerdo de aquella noticia futurista que decía que dos hinchas de la Liga morían congelados en una pileta de Tokio por festejar el título intercontinental de la U... Obviamente, éramos El Tipo y yo.

Nada importa ahorita... Somos los campeones de América.

Comentarios

  1. LIGA CAMPEÓN DE LA COPA LIBERTADORES 2008... Ya puedo morir tranquilo...
    Escribí para El Comercio el por qué soy hincha albo... Aquí está el link. Cópienlo en su browser y léanlo:

    http://www2.elcomercio.com/blogs/noticia.asp?id_noticia=106846&id_seccion=46

    ResponderBorrar
  2. Una vez que entren a http://www2.elcomercio.com/blogs/noticia.asp?id_noticia=106846&id_seccion=46 (cópienlo en su browser, please)tómense el tiempo para tener apachurrado durante al menos unos 5 minutos seguidos la tecla "F5"... Gracias...

    LIGA CAMPEÓN DE AMÉRICA... ¡¡¡Cómo no te voy a querer!!!

    ResponderBorrar
  3. De tanta emoción sólo he llorado 3 veces: primero, en el triunfo de la Ferrari de Alesi en Montreal 94; después cuando Jefferson Pérez ganó la medalla olímpica en Atlanta 96 -20 Km. marcha-; y ahora, cuando la Liga ganó la Libertadores... Para qué la vida...

    No tengo amor, pero te tengo a ti...

    ResponderBorrar
  4. Querido lindo mío...hoy que amanecí tan infeliz, una de las primeras personas en escribirme para animarme fue la María Campaña y me dijo algo como que uno de mis principales problemas de infelicidad podía ser el hecho de no ser hincha de la Liga....ahora lo que ella me dice y lo que tu has escrito me hace pensar que tienen razón...suena a una alegría tan profunda que hasta casi "un poco" se me contagia....te quiero te quiero y te felicito por la copa y por tenerme tanta paciencia

    ResponderBorrar
  5. Así no tengas a la Liga, me tienes a mí, no se te olvide. Si algún día despertamos infelices, no importará si la Liga vuelve a la B o si repite el título de la Libertadores... podemos encontrarnos y todo estará mejor.

    Pero, por el momento ¡¡¡que sigan los festejoooos!!!

    ResponderBorrar
  6. Tengo que hacer una corrección: como escribí la entrada estando ebrio, puse "Los bolivianos del Cerro Porteño", cuando todo el mundo sabe que son paraguayos...

    ResponderBorrar
  7. Que te diré... nunca quise mucho a los hinchas de la liga mientras estuve en Quito, aun que mis mejores amigos lo son, y allá solo fui a partidos en Ponciano.

    La verdad es que me alegré mucho con le triunfo. Lo vi en un bar mientras escuchabamos musica de plancha que no sabía que existía.

    que la álegría te dure.

    ResponderBorrar
  8. No había visto que habías actualizado tu blog. Me enternece saberte tan feliz por tu equipo. Enhorabuena.
    Sin embargo me apena que escribas "El amor es una maldición" o cuando me comentas que piensas que el amor es maligno...
    Ojalá atesores siempre en tu corazón la felicidad por ser los campeones de América y encuentres alguien que comparta tu afición y que te ame como mereces y te demuestre que el amor no es maligno...
    besos Gatuno

    ResponderBorrar
  9. Han tenido algunos eventos imporantes este año Gatuno... la victoria de tu equipo, el concierto de Calamaro... ¿qué bien no? A ver si te animas a contarnos qué tal estuvo ese grandioso recital...

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Escriban, que yo no dejé a nadie...

Entradas más populares de este blog

Las enfermeras de la vida real no son como las del Show de Porcel

Ya ha pasado un año... Mi última visita a un hospital (espero que sea realmente la última) fue una mezcolanza de experiencias: el dolor insoportable, las ventajas de faltar a la oficina varios días, la incomodidad de las intravenosas... y las enfermeras... Sobre el dolor podría hacer un ensayo entero. Bastará con decir que, por esos días, cargaba el terrible peso de un corazón recientemente roto, esa sombra que a uno lo persigue a todos lados, le roba la sonrisa y se antepone a cualquier sensación o sentimiento. Pero, como dijo sabiamente mi Padawan, no hay dolor del corazón que se compare al de una rodilla rota o, en mi caso, al de un intestino rebelde. De la oficina y las intravenosas tal vez hable algún otro rato, pero de las enfermeras... Cierto es que el dolor y las drogas me sacaron de la realidad, pero también es cierto que no había nada más real que esas enfermeras. Mujeres contundentes y forradas de blanco, hacían su trabajo como quien lo ha venido haciendo por siglos. Sus ca

Lunático

Las cosas salen de los lugares menos pensados... El otro día me fui a ver La tourneuse de pages y conocí a Déborah François , la protagonista, hermosa mujer dueña de una belleza perturbadora, pese a no ser el tipo de mujer que me gusta -o talvez por eso-, y dueña también de un par de lunares en el cuello. De la película mejor no hablar, así que de una me dedico a lo que salió de la caja de Pandora que se abrió con los lunares. Fue algo totalmente imprevisto, un disparador escondido en lo recóndito del inconsciente, en la parte prohibida de la memoria... Prohibida porque es el camino directo a la bodega donde se guarda lo que no se debería volver a ver. Estoy exagerando... me gusta recordar algunas de estas cosas que alguna vez fueron letales y premeditadas minas antipersonales que dejaron enterradas ciertas chicas para volarme en pedazos después de su partida -toda mina extermina-. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hasta el más insufrible dolor deja de ser lo que era... qué

Las prefiero con lentes

¿Que por qué me gustan las mujeres con lentes? Pues no lo sé... sólo sé que, aunque una chica me parezca guapísima, me parecerá más guapa aun si la veo con lentes. Depende también del tipo de lentes -porque hay unos que no tienen nada que ver con nada- y del tipo de mujer -porque a algunitas ni los lentes más perfectos les salvan-; en resumen, las mujeres con lentes atrapan mi mirada, y suele pasar que no las puedo dejar de mirar. Después del caso de la parada de bus aquella vez, me sentí inmortal, bien y mal. Cuando vuelvo a verla con lentes pierdo y gano algo, pero me quedo igual, sin un “que te vaya bien” ni un beso ni nada, y seguimos nuestro camino como lo que somos, como dos extraños, aunque yo pueda dibujar su cara de memoria en la oscuridad, siempre con lentes... Yo la prefiero con lentes. Ella me prefiere lejos.

¿El mejor deportista de todos los tiempos?

¿Quién es el más grande de todos los tiempos? Por primera vez en la historia de la humanidad, una persona se portará objetiva para una elección tan importante como esta. Y esa persona seré yo. Esto no es cuestión de favoritos, es cuestión de datos reales. Si fuera por favoritos, en el podio estarían tipos como el Diego, Jean Alesí y Goran Ivanišević o Schumacher, Lou Bizarro y Ben Johnson o el Macho Man, Platiní y Rolando Vera. Tampoco será una elección basada en los conceptos típicos de deportividad o algo así, como lo que decía esa frase con la que empezaba un programa de hace años en la Nueva Emisora Central: “Deportista es aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún gran deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, ha aprendido a reprimir la cólera, a ser tolerante con su compañero, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con alt

Vos sos Dios... vos sos lo más

No importa cómo, no importa cuándo... Charly García es Charly García y sólo él es Charly García. Así esté vestido impecablemente, con los ojos pintados, revolcándose ebrio, lanzándose desde el noveno piso a la piscina, destrozando los amplificadores, demoliendo hoteles, casi inmóvil frente al piano, pateando fans o recibiendo un Grammy, tiene tanto para dar con esa genialidad que le desborda, que me obliga a preguntarme hasta dónde podrá llegar... hasta dónde la podra aguantar el mismo García. Fui a su concierto el sábado (21 de noviembre de 2009, en el coliseo General Rumñahui de Quito). Es la tercera vez que lo veo ahí, en el escenario, repitiéndome las cosas que me ha dicho toda la vida desde sus discos. Es algo que había dado por perdido... No esperaba volver a verlo, al menos no aquí. Pensaba que talvez en algún hipotético -y poco probable- viaje a la Argentina podría verlo tocar otra vez en algún bar, en alguna disco, en una plaza... en cualquier lado... Ahora, con la emoción cer